MUSEO HISPANOAMERICANO ISAAC FERNANDEZ BLANCO
El Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco tiene dos sedes: el Palacio Noel, en Suipacha 1422, y la Casa Fernández Blanco, en Hipolito Yrigoyen 1420.
Descripción de Direccion de Turismo de la Ciudad de Bs.As. (CABA).
El Museo Fernández Blanco nació de la iniciativa privada de Isaac Fernández Blanco, que quiso presentar sus colecciones de arte e historia y abrió al público su casa de Hipólito Yrigoyen 1420. En 1922, donó su patrimonio a la Ciudad de Buenos Aires.
Por su parte, en 1936, el arquitecto Martín Noel le vendió su palacio a la Ciudad por un precio simbólico y cedió la mayor parte de su colección de arte hispanoamericano y español: excelentes ejemplares de pintura cusqueña, muebles españoles y virreinales de estilo frailero, imaginería y cerámica, más todos los elementos arquitectónicos antiguos adosados al palacio como parte de su terminación: puertas de iglesia, retablos y balcones limeños. Una década después, ambas donaciones confluyeron en una sede, el Palacio Noel, en Suipacha 1422.
EL bello y refinado Palacio Noël resiste el paso del tiempo,
la que fuera la residencia del arquitecto Noel hoy alberga al Museo de Arte
Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco.
El palacio en si es una verdadera joya
arquitectónica y una obra de arte que ha perdurado como testimonio de una época
de oro del Buenos Aires del siglo pasado
Isaac Fernández Blanco era un ingeniero nacido en una familia muy acomodada y heredo
una gran fortuna, lo que le permitió ser un coleccionista de gran nivel , y
pronto abrió su museo privado al público, por lo que abrió su casa en 1921,
llamándolo el Museo de Arte
Colonial siendo su hija la primera guía de
dicho museo
Pero en 1947, quince años después de su muerte, el museo de
Blanco fue trasladado al Palacio Noël. Diseñado y construido en 1920 por el
arquitecto Martín Noel como residencia privada para él y su hermano, el alcalde
de la ciudad en ese momento, el palacio neo-colonial era el lugar indicado para
la colección de Blanco.
La pagina de Museos de la Ciudad de Buenos Aires lo describe
de la siguiente manera
Hacia 1880 la
inmigración europea cambió el perfil económico y social de la Argentina
especialmente, el de la ciudad portuaria Buenos Aires. Para 1914, la mitad de
los habitantes de la metrópoli eran extranjeros. Las presiones de los sectores
populares y medios de la sociedad, en su mayoría integrados
por inmigrantes, y
la implantación del sufragio universal pusieron fin a la primera etapa
conservadora. Desde mediados del siglo XIX, la alta burguesía argentina buscó
la modernidad, que los liberales promocionaban afanosamente, en las formas y
estilos europeos, generando un eclecticismo desprolijo y pintoresco. En los
niveles populares, los grandes cambios étnico-políticos provocaron un repliegue
de la cultura criolla, la
que se vio rápidamente reemplazada por tradiciones
europeas. Fue entonces que desde algunos grupos de intelectuales se intentó
frenar ese avasallamiento.
La ruptura con la
cultura europeizante establecida hasta el momento se generó desde el sector
literario, con figuras de la talla de Ricardo Rojas, Rubén Darío y Manuel
Ugarte. Surgió así, en el ámbito americano, lo que se denominó “primer
nacionalismo”
que, a partir de la Reforma Universitaria de 1918, alcanzó una
mayor difusión dentro del mundo de las ciencias y de las artes. Este movimiento
comenzó a disgregarse en tendencias como “indigenismo”, “hispanismo” y
“americanismo”. Esta nueva ideología pretendía la regionalización cultural de
América Latina, en contrapunto al avance imperialista de Europa y los Estados
Unidos. La recuperación y difusión de las tradiciones y las artes
ibéricas-
fueron -consideradas el- medio por el cual -debían- unirse las naciones--
americanas-- para-- distinguirse de --otros pueblos y reconstruir su identidad,
encaminándose hacia un mayor desarrollo.
El propulsor más
encendido desde el área universitaria fue Martín Noel, arquitecto argentino
graduado en l’Ecole Specialle d’Architecture de París.
Un año después de su
regreso a la Argentina, en 1914, y luego de importantes viajes de investigación
y excavaciones por España, Bolivia y Perú, Martín Noel instaló en su grupo
académico porteño la polémica eclecticismo vs. neocolonialismo. Con más de una
veintena de volúmenes publicados y un sinnúmero de artículos en medios
especializados,
fue uno de los teóricos más destacados de este nuevo movimiento
arquitectónico,desprendimiento artístico del pensamiento nacionalista.
Noel no se limitó a la
especulación teórica, sino que desarrolló una continua actividad durante las
décadas subsiguientes, tanto en la Argentina y otros países sudamericanos, como
en España. En la gran mayoría de sus obras aplicó los fundamentos estilísticos
de su ideología.
Dentro de sus
creaciones más destacables se encuentra la construcción de su propia casa,
inaugurada en 1922, que compartió con su hermano, el Dr. Carlos Noel. Su
diseño, de inspiración barroca, es una notable conjunción de elementos
españoles, como sus jardines andaluces, y peruanos, como sus balcones miradores
y sus frontis a la manera de retablos. No obstante, su formación francesa y su
cosmopolitismo no le permitieron evadir algunos rasgos neonormandos en el
ábside de la
capilla y la división a la francesa de la residencia en dos
cuerpos independientes entre sí, de tres niveles cada uno, así como un cierto
toque californiano más acorde con las comodidades de una vivienda de los años
veinte.
La familia Noel habitó
la casa por escaso tiempo, pues en 1936, debido a su elevado costo de
mantenimiento, decidió venderla a la comuna por un monto simbólico que incluía
la mayor parte de la
colección de arte hispanoamericano y español que Martín
Noel había adquirido en sus viajes por el continente y España. El arquitecto
contaba con un excelente patrimonio de pintura cuzqueña, muebles españoles y
virreinales de estilo frailero, imaginería y cerámica española, más todos los
elementos arquitectónicos antiguos adosados a la mansión como parte de su
terminación: puertas de iglesia, retablos, balcones limeños y
otros.
Con la base de este
patrimonio se fundó el primer museo que funcionó en la residencia y fue
conocido con el nombre de Museo Colonial. En 1943, un decreto municipal
determinó concentrar las colecciones del Museo Fernández Blanco y el Museo
Colonial, eligiéndose el Palacio Noel como única sede por el concepto
arquitectónico de su edificio y por su capacidad. A partir de 1947 se
denominó
Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, cumpliendo con la
cláusula de la donación de Isaac Fernández Blanco que establecía el nombre que
debía llevar el museo.
Visitar el museo es
una alegría absoluta. Usted podría hacer nada más que pasar el rato en el patio
andaluz tranquilo, con sus fuentes, bancos y árboles, y dejar satisfecho. Pero
entonces te perderías una increíble colección de arte de la
época colonial de
Argentina, Perú y Bolivia. El museo es pequeño, pero con tres pisos y abundante
información sobre las exposiciones, una visita completa podría fácilmente
consumir un par de horas. Pinturas religiosas de Cuzco, una habitación llena de
muñecas de la época colonial, figuras de marfil, muebles de madera tallada, una
cocina-reformado y trajes y prendas de vestir son sólo algunas de las piezas
expuestas. Todo está iluminado con buen gusto y el entorno palaciego genera el
ambiente perfecto. Independientemente de su nivel de interés en el arte
latinoamericano de antigüedades, usted no será decepcionado en el museo. ….
Pagina oficial de
museos de la ciudad de Buenos Aires.
Finalmente podemos observar que en el gran de acceso tiene el escudo de armas
de la familia. Desde la calle se accede por un corredor lateral a las salas de
la planta baja y el subsuelo, con muestras transitorias. Desde allí se Ilega al
patio, donde se abre el jardín con veredas entre frondosos árboles, pájaros y
enredaderas que hacen a este un lugar muy agradable para permanecer, observando
la casa principal en todo su alrededor.
En la casa principal , con balcones cerrados y rejas muy
trabajadas, se visita la Biblioteca, con la boisserie en estilo barroco. Se
expone una colección de platería del siglo XVIII, repujada, fundida y cincelada.
Hay objetos religiosos, coronas y espejos. El antiguo comedor, llamado Sala
Redonda, tiene un portal de acceso, parte de un retablo de Colombia con talla
profunda de madera recubierta en láminas de oro. Expone Custodias
de plata,
algunas con incrustaciones de piedras preciosas y una lámpara botiva
luso-brasileña. '. En el primer piso se pueden ver objetos religiosos de platería, mobiliario
y escultura de madera policromada colonial, jesuítica y luso-brasileña.
A pesar de que el
museo da muestra de poco mantenimiento de los patios y la limpieza, lo notabe
es que esta obra de arte arquitectonica, se haya mantenido en pie……Visitarlo es emocionarse con el patrimonio cultural, arquitectonico, y de arte que supimos conseguir despues del 1° centenario,,,,,,….Arturo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Dejá tu comentario.