CENTRO NAVAL, Un palacio para admirar
El Centro
Naval fue creado el 4 de mayo de 1882, por un grupo de jóvenes Oficiales de la
Armada Argentina, egresados de las primeras promociones de la Escuela Naval
Militar, pero recién el 14 de mayo de
1914, luego de peregrinar durante 32 años por las distintas sedes alquiladas,
El guía
explica como el diseñador resolvió
acertadamente el serio problema que ofrecía el solar de una esquina
rectangular. El funcionalismo del edificio, así como sus proporciones y
detalles, lo convierten en una de las piezas más significativas de ese Buenos
Aires de la década del Centenario, que concita la admiración de muchos turistas
extranjeros y argentinos que pasean por la hoy peatonal Florida. La hermosa
puerta central, fundida en el Arsenal Naval Buenos Aires, con los viejos
cañones de las
guerras de la Independencia, estuvo a cargo del empresario metalúrgico
Luis Tiberio, (también autor de la puerta del Palacio Paz y del techo de la
Catedral de la ciudad de la Plata)
quién logro magistral pórtico de hierro y el bronce, convirtiéndola en
una de las puertas más célebres de Buenos Aires. (la puerta en si misma es una
verdadera Su hall o vestíbulo y la escalera central, más la farola que la
ilumina, constituyen uno de los conjuntos más puros de la llamada «belle
époque» porteña. El diario La Prensa, obsequió las lámparas con los soportes artísticospara ser colocadas en el exterior del edificio a los costados de la puerta principal. La majestuosidad del edificio, que se asienta en noble zócalo de granito de Córdoba y se eleva en sus siete pisos con la decoración externa del escultor Luis Trinchero, inspirados en los ornamentos de los salones de la Guerra y la Paz del Palacio de Versalles, impone un sello particular que, al par que da fisonomía propia al Centro Naval, lo convierte en un punto de orgullo ciudadano. La decoración de los salones y recintos
Este monumental palacio ubicado en pleno microcentro Porteño, en av. Córdoba y florida se Es uno de los edificios más espléndidos de la arquitectura de la École des Beaux Arts, digno de ser mostrado como obra de arte, en cada detalle. Asimismo el palacio contiene a su vez incalculables riquezas en pinturas y esculturas, ya que ha sido preservado minuciosamente desde su fundación. Imitar a Paris hizo de Buenos Aires del centenario una ciudad de corte europeo, siendo este un símbolo de la opulencia de aquellos tiempos.
ESCALERA IMPERIAL
El arquitecto Mallet pretendía que la escalera que une los siete pisos, fuera un adorno especial que mostrara toda su magnificencia a quienes acceden al edificio de manera ru tinaria o en grandes fiestas. Se inspiró para realizarla en las escaleras de la Ópera de París y del Palais Royal, que figura en el cuadro que Gérome pintó del Cardenal Richelieu. Es una escalera de doble revolución, realizada con nobles mármoles y que, efectivamente, logra dar al edificio uno de los elementos de suntuosidad más significativos. Un palacio sin escalera monumental no es palacio.
El arquitecto Mallet pretendía que la escalera que une los siete pisos, fuera un adorno especial que mostrara toda su magnificencia a quienes acceden al edificio de manera ru tinaria o en grandes fiestas. Se inspiró para realizarla en las escaleras de la Ópera de París y del Palais Royal, que figura en el cuadro que Gérome pintó del Cardenal Richelieu. Es una escalera de doble revolución, realizada con nobles mármoles y que, efectivamente, logra dar al edificio uno de los elementos de suntuosidad más significativos. Un palacio sin escalera monumental no es palacio.
Al subir al primer piso por ascensor o por dos escaleras laterales, se encuentra lo que antes se llamaba el Salón de Fumar o el Salón de Socios, lugar de tertulias y debates, o de conversación, ahora llamado Gran Salón Presidente Sarmiento, Presidido por el busto de Sarmiento arriba del hogar.
La descripción dice es un estado dentro de otro estado. Reservado al uso exclusivo de los socios y de sus contados invitados, es y ha sido motivo de anécdotas y múltiples leyendas. Como dice nuestro guía es la quintaesencia del Centro Naval y ha sido desde su inauguración, el lugar preferido para los grandes debates de sus asociados, lugar de largas tertulias, donde socios con mayor o menor vehemencia, han participado con libertad y respeto exponiendo sus ideas. Es asimismo, el espacio propicio para la lectura de diarios y revistas. Construido en nobles materiales: boiserie de la
mejor estirpe, gran hogar en piedra y madera, fino espejo, mejor parquet, sobrias alfombras y cortinados, mullidos sofás y sillones agrupados de a cuatro o de a seis, mesas de lectura, escritura y una iluminación acorde con todo ello. Encierra una interesante colección, de cuadros , un antiguo reloj de pié, un pequeño faro que en otras épocas señalaba la presencia femenina cuando estaba encendido y otros elementos decorativos, todos ellos presididos desde lo alto por el antiguo retrato del almirante Brown en su uniforme de Comodoro de la Escuadra de las Provincias Unidas del Río de la
Plata, pintado por García del Molino. Detrás de la puerta espejada del Gran Salón se encuentra el bar ambientado con gusto marinero, no desentonando con el resto del edificio. Lugar de reunión informal que mantiene el espíritu del Gran Salón, en versión más sencilla y que contiene una de las pinacotecas más importantes del mundo vinculadas a la temática marina. Está en un ambiente de época que incluye un inmenso hogar de leña, con tallados de madera y fogón dehierro fundido y una destacada boiserie, importantes cortinados, parquet de
cedro, sofás de gobelino y mullidos sillones. Dos cuadros de una serie de 12 cuadros de la batalla de Trafalgar, pintados por el Marinista Caballero De Martino, se encuentran en este Salon. Los 10 restantes que forman parte del tesoro artístico de la Escuela de Guerra Naval de Gran Bretaña. La leyenda habla de los múltiples intentos de la corona por conseguir dichos cuadros, incluso de un cheque en blanco firmado por la reina. Lo cierto es que siempre se negaron a negociar firne con su espíritu conservador del patrimonio que hoy podemos ver todos los Argentinos.
También se puede ver un inmenso Quinquela Martin en su obra Trabajo en el Puerto.
En el segundo piso se encuentra el salón más fastuoso, el de fiestas, inspirado en una de las salas del Museo del Louvre, y que es utilizado para casamientos. El salón de fiestas del segundo piso tiene las dimensiones y está inspirado en la Sala de «Antiques» del Museo del Louvre. Usados para grandes festejos y casamientos, hoy se puede compartir con el Te con Historia. Es, según la tradición europea, la planta “noble” del edificio. Como nos indicara el guía este salón tiene un doble encanto: de día la luz solar tiene un efecto de aura encantada que baña las columnas, el noble piso
de roble y los apliques y arañas que lo visten; es un efecto de niebla que ha sido utilizado por varios estudios fotográficos. Y por otra extremo de noche el brillo se lo confieren los elegantes luminarias que penden del cielorraso. Este salón es el ámbito preferido para las grandes fiestas, en particular las de casamiento de nuestros socios y de aquellos acontecimientos académicos, artísticos y sociales que organiza el Centro Naval. La primera recepción en este salón se realizó en febrero de 1915, para dar la bienvenida a la Plana Mayor del Acorazado Rivadavia que en esos días amarró en Buenos Aires, luego de su construcción en EEUU
Divinidad mitológica sentada sobre una roca a orillas del mar”, de F. Vicchi, ubicada en la rotonda del 2º piso, Es una escultura de gran valor artístico, construida en tres tipos de marmol,blanco, biege y marron forma parte del patrimonio del palacio.
En el cuarto piso está la biblioteca, hecha enteramente de madera, con exhibidores vidriados, y una escalera con rueda para acceder desde el piso hasta el alto
cielorraso. La misma fue donación del empresario Naviero Miguel Mihanovich. Contiene ejemplares únicos que dan cuenta de la historia marítima de la Argentina y del mundo. Esta Biblioteca, hoy denominada “Capitán de Fragata Héctor Ratto”, creada desde el mismo momento de la fundación del Centro Naval, con el aporte inicial de la Armada, por compras y canjes y por importantes legados de los socios, en especial de los entonces
capitanes Albarracín, García Mansilla, Ratto y del señor Mihanovich. En su conjunto constituyen un valioso repositorio de libros de estrategia, historia, narraciones de viajes y de material principalmente vinculado con la actividad náutica.. Sus anaqueles contienen importantes obras, algunas dentro de la categoría «obras valiosas», que por su valor, constituyen un imprescindible material de consulta relacionado con todo lo que haga a los intereses marítimos argentinos, y a la historia marítima y naval nacional y extranjera, así como también libros técnicos, diccionarios y enciclopedias afines. Conviven con estas importantes obras, valiosos ejemplares sobre la actualidad nacional e internacional y material de lectura de las distintas ramas de la literatura. También es posible visitar el comedor, el Salón de Armas, utilizado para juegos y eventos, y en el subsuelo, la peluquería, con sillones giratorios de época, y la sastrería, exclusiva de los socios.
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