viernes, 14 de agosto de 2015

ESCULTURA DE SARMIENTO EN PALERMO Bs. As.

LA ESCULTURA  OLVIDADA  DE RODIN En Buenos Aires

La escultura de Sarmiento hecha por Rodin fue la obra mas polémica de siglo XX, es la única obra original que se encuentra en el Parque 3 de febrero en Palermo, frente al monumento a los españoles. La obra le fue encargada en Francia cuando se encontraba en pleno esplendor de su carrera, sin embargo fue tan polémica que Rodin estuvo a punto de cambiar a cabeza de Sarmiento que por cierto, no se le parece en nada y ello contradecía los principios estético del arte en ese momento. Nadie podía imaginar en ese momento que esta obra marcaria un cambio profundo en el arte neoclásico dando lugar al nacimiento del arte moderno.

Una obra tan de vanguardia que no podía ser entendida por los porteños ilustrados del aquel momento y creó una polémica generalizada, Rodin rompía los cánones clásicos donde los monumentos debían  ser una copia fiel de la realidad con una escultura reconocible a simple vista, con un  mensaje y una alegoría de fácil entendimiento  y  con la identificación del personaje representado. Era como una fotografía en tres dimensiones.

 Al descubrir el monumento se encontraron con un escultura llena de simbolismo y mensajes que apuntaban a resaltar los valores culturales, psicológicos, pero no físicos.  El monumento no representa físicamente la figura de Sarmiento pero si su personalidad.
El Sarmiento de bronce que hoy está subido a un pedestal, se encuentra frente al monumento de los españoles como ya mencione en el parque Tres de Febrero que debe su nombre a la conmemoración de la Batalla de Caseros, librada el 3 de febrero de 1852, y la consecuente expulsión de Rosas del poder.
El monumento fue encargado por iniciativa de Enrique Schiffino y Miguel Cané,   para la ciudad de Buenos Aires directamente a Rodin, en el año1894, unos seis años después de la muerte del prócer argentino.
En el contrato se pactó la realización de una figura en bronce, de 2 metros de alto, sobre un pedestal de 5 metros, a un costo de 75.000 francos que se pagarían en seis cuotas. Se acordó un tiempo de ejecución de tres años y medio -que se extendió, como era costumbre en Rodin- y se aseguró la "libertad de creación" para el artista, como era costumbre en los artistas consagrados de Europa.

Asi en la celebración del 25 de mayo de 1900, con la presencia del presidente Julio A. Roca, y  varios ministros, funcionarios, diplomáticos y una concurrencia de curiosos que los diarios calcularon más de 150.000 personas se descubrió solemnemente la estatua de Sarmiento. Para el momento histórico era una multitud impresionante que estallo en aplauso el descubrimiento de la escultura pero al ver la imagen de ese Sarmiento son un rostro aguerrido,  desafiante mirando al futuro y sin ningún parecido con el original, hizo que los aplausos se transformaran en sorpresa primero e indignación  
después, hasta se quisieron realizar actos de vandalismo. Hoy la escultura después de más de 100 años del acto pasa desapercibida  y podríamos decir casi ignorada para la mayoría de los porteños, que ni siguieran saben de quien se trata.
 
   En publicaciones de la época se menciona:

"Es difícil concebir algo más feo, vulgar, casi repulsivo y, por lo tanto, menos parecido a Sarmiento que el perfil de su estatua (...). Sarmiento era feo, pero no tenía un cráneo de degenerado ni era su cabeza la de un notario o la de un farmacéutico de aldea", comentó LA NACION, sin eufemismos, tras el escándalo. La oposición fue tal que dos días más tarde el pedestal -que tiene a Apolo luchando con una hidra de un lado y un escudo nacional del otro- amaneció cubierto de leyendas, como se ve el vandalismo actual con las escultura  es una conducta heredada. Se habló de trasladar el monumento a un museo y hasta de recaudar fondos para realizar otro o cambiarle la cabeza, porque la escultura no era Sarmiento.
El autor del monumento a Domingo Faustino Sarmiento  Augusto Rodin, quién revolucionó el arte escultórico a fines del siglo XIX. Rodin expresaba: “para mí la escultura moderna no debe ser una imitación de la fotografía. El artista no solamente tiene que trabajar con su mano, sino, sobre todo, con su inteligencia”  Rodin dicen los críticos de arte tenia obsesión por retratar el espíritu de sus personajes, mas que su apariencia física. Fue sin duda un artista revolucionario, que produjo un cambio en los conceptos estéticos y culturales del arte, y podemos decir que esta obra marca el inicio de esa etapa.
Miguel Ruffo describe de una manera magistral estas controversias de Rodin y de su espíritu polémico, para representar a un prócer no menos polémico como fue Sarmiento, también describe de una manera muy didáctica los símbolos de la alegoría que acompañan al pedestal que esta montado sobre una base de granito rojo de Olavarria. Es interesante para poder entender el porqué de la escultura que marco un cambio en el arte. Al respecto escribe
 “Buenos Aires desde los orígenes del arte argentino. Así, a nuestros primeros retratistas, no se les exigía vuelo estético en la composición del retrato, sino parecido físico entre el representado y su representación. Lo dicho para la pintura, vale también para la escultura. Podemos decir que la obra de Augusto Rodin irrumpió con el modernismo, en un medio escultórico local, donde lo dominante era el arte clásico o neoclásico. “Eduardo Schiaffino fue el defensor de Rodin y de su monumento […] trató de explicar la obra del escultor al público y al gobierno nacional, la justificaba
porque era la expresión de un arte nuevo, reflejo de la modernidad.” (3). El monumento a Domingo Faustino Sarmiento fue inaugurado el 25 de mayo de 1900 y se lo emplazó en el Parque 3 de Febrero (Palermo). Es una figura de bronce, en la que el personaje está envuelto en una capa, en actitud de avanzar. Se apoya en un basamento en cuyo frente vemos un relieve de Apolo y una serpiente; mientras en la parte posterior se encuentra el escudo nacional. ¿Cuál es el simbolismo que se desprende de estas figuras y cómo se relacionan con Sarmiento?
Apolo es una de las divinidades olímpicas, parte del ciclo o la era de Zeus, y representa la luz. Esta a su vez simboliza el pensamiento; recordemos al respecto que el siglo XVIII es denominado El Siglo de las Luces y su filosofía dominante, el iluminismo o la Ilustración, se encuentra en la génesis de la Revolución Francesa de 1789 y en la prolongación de la época burguesa al Río de la Plata con la Revolución de Mayo. La luz, el pensamiento, la razón; en oposición a la religión y el clericalismo. ¿Y a la serpiente, qué? Pensamos que esta serpiente
 
no tiene el valor que le asigna el cristianismo como responsable del pecado y del mal; sino que simboliza la sabiduría, ya que la serpiente es por excelencia el símbolo del saber. Seguramente se trata de Pitón, la serpiente que mató Apolo, asumiendo a través de la pitonisa sus funciones oraculares o sapienciales.  Por consiguiente, tanto Apolo como la serpiente nos remiten al conocimiento, al pensar, a la razón. Y Sarmiento fue un pensador, un intelectual, al decir de Milcíades Peña. Sarmiento junto a Juan Bautista Alberdi fue uno de los dos intelectuales más relevantes del liberalismo en el siglo XIX.

Si polémico es Sarmiento como intelectual, si polémico es su monumento, no menos polémico es el lugar donde se lo emplazó: en las que fueron las mismísimas puertas de la Casa de Juan Manuel de Rosas en Palermo. Sarmiento fue uno de los más acérrimos rivales de Rosas cuando éste
se desempeñó como gobernador de la Provincia de Buenos Aires; una de las obras de Sarmiento es “Facundo. Civilización y Barbarie” donde la figura de Facundo se convierte en el pretexto para atacar al gobierno de Juan Manuel de Rosas. Lo que en Facundo era instintivo y emocional, en Rosas se convertía en un frío cálculo racional. Pues bien, los hombres de la Organización Nacional, asentaron a ésta en la derrota de Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros en 1852 y como queriendo borrar el recuerdo de este gobernador, Palermo se convirtió en el Parque 3 de Febrero (día de la batalla de Caseros); posteriormente la Casa de Rosas fue dinamitada y desapareció del paisaje urbano. Y poco después como reforzando estas operaciones simbólicas se implanta el monumento de Domingo Faustino Sarmiento allí donde se levantaba la célebre casa del Restaurador de las Leyes. Finalmente digamos –que con el paso de décadas de historia, con sus luchas y avatares–, hoy en diagonal a la obra de Rodin, está emplazado el monumento a Juan Manuel de Rosas, como una ironía de la historia, para quien fuera su más enconado rival.
CONTRAPUNTO -El otro -Sarmiento, con una alegoria clasica. Ubicada en el clasico  Rosedal
 





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