martes, 23 de junio de 2015

PALACIO NOEL, Joya arquitectónica del Buenos Aires del siglo pasado

MUSEO HISPANOAMERICANO ISAAC FERNANDEZ BLANCO

El Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco tiene dos sedes: el Palacio Noel, en Suipacha 1422, y la Casa Fernández Blanco, en Hipolito Yrigoyen 1420. 
Descripción de Direccion de Turismo de la Ciudad de Bs.As. (CABA).


El Museo Fernández Blanco nació de la iniciativa privada de Isaac Fernández Blanco, que quiso presentar sus colecciones de arte e historia y abrió al público su casa de Hipólito Yrigoyen 1420. En 1922, donó su patrimonio a la Ciudad de Buenos Aires. 

Por su parte, en 1936, el arquitecto Martín Noel le vendió su palacio a la Ciudad por un precio simbólico y cedió la mayor parte de su colección de arte hispanoamericano y español: excelentes ejemplares de pintura cusqueña, muebles españoles y virreinales de estilo frailero, imaginería y cerámica, más todos los elementos arquitectónicos antiguos adosados al palacio como parte de su terminación: puertas de iglesia, retablos y balcones limeños. Una década después, ambas donaciones confluyeron en una sede, el Palacio Noel, en Suipacha 1422.

EL bello y refinado Palacio Noël resiste el paso del tiempo, la que fuera la residencia del arquitecto Noel hoy alberga al Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco. 

El palacio en si es una verdadera joya arquitectónica y una obra de arte que ha perdurado como testimonio de una época de oro del Buenos Aires del siglo pasado
Isaac Fernández Blanco era un ingeniero  nacido en una familia muy acomodada y heredo una gran fortuna, lo que le permitió ser un coleccionista de gran nivel , y pronto abrió su museo privado al público, por lo que abrió su casa en 1921, llamándolo el Museo de Arte
Colonial siendo su hija  la primera guía de dicho museo

 Pero en 1947, quince años después de su muerte, el museo de Blanco fue trasladado al Palacio Noël. Diseñado y construido en 1920 por el arquitecto Martín Noel como residencia privada para él y su hermano, el alcalde de la ciudad en ese momento, el palacio neo-colonial era el lugar indicado para la colección de Blanco.

La pagina de Museos de la Ciudad de Buenos Aires lo describe de la siguiente manera
Hacia 1880 la inmigración europea cambió el perfil económico y social de la Argentina especialmente, el de la ciudad portuaria Buenos Aires. Para 1914, la mitad de los habitantes de la metrópoli eran extranjeros. Las presiones de los sectores populares y medios de la sociedad, en su mayoría integrados
por inmigrantes, y la implantación del sufragio universal pusieron fin a la primera etapa conservadora. Desde mediados del siglo XIX, la alta burguesía argentina buscó la modernidad, que los liberales promocionaban afanosamente, en las formas y estilos europeos, generando un eclecticismo desprolijo y pintoresco. En los niveles populares, los grandes cambios étnico-políticos provocaron un repliegue de la cultura criolla, la
que se vio rápidamente reemplazada por tradiciones europeas. Fue entonces que desde algunos grupos de intelectuales se intentó frenar ese avasallamiento.
La ruptura con la cultura europeizante establecida hasta el momento se generó desde el sector literario, con figuras de la talla de Ricardo Rojas, Rubén Darío y Manuel Ugarte. Surgió así, en el ámbito americano, lo que se denominó “primer nacionalismo”
que, a partir de la Reforma Universitaria de 1918, alcanzó una mayor difusión dentro del mundo de las ciencias y de las artes. Este movimiento comenzó a disgregarse en tendencias como “indigenismo”, “hispanismo” y “americanismo”. Esta nueva ideología pretendía la regionalización cultural de América Latina, en contrapunto al avance imperialista de Europa y los                                              Estados Unidos. La recuperación y difusión de las tradiciones y las artes
ibéricas- fueron -consideradas el- medio por el cual -debían- unirse las naciones-- americanas-- para-- distinguirse de --otros pueblos y reconstruir su identidad, encaminándose hacia un mayor desarrollo.
El propulsor más encendido desde el área universitaria fue Martín Noel, arquitecto argentino graduado en l’Ecole Specialle d’Architecture de París. 




Un año después de su regreso a la Argentina, en 1914, y luego de importantes viajes de investigación y excavaciones por España, Bolivia y Perú, Martín Noel instaló en su grupo académico porteño la polémica eclecticismo vs. neocolonialismo. Con más de una veintena de volúmenes publicados y un sinnúmero de artículos en medios especializados,


 fue uno de los teóricos más destacados de este nuevo movimiento arquitectónico,desprendimiento artístico del pensamiento nacionalista.
Noel no se limitó a la especulación teórica, sino que desarrolló una continua actividad durante las décadas subsiguientes, tanto en la Argentina y otros países sudamericanos, como en España. En la gran mayoría de sus obras aplicó los fundamentos estilísticos de su ideología.
Dentro de sus creaciones más destacables se encuentra la construcción de su propia casa, inaugurada en 1922, que compartió con su hermano, el Dr. Carlos Noel. Su diseño, de inspiración barroca, es una notable conjunción de elementos españoles, como sus jardines andaluces, y peruanos, como sus balcones miradores y sus frontis a la manera de retablos. No obstante, su formación francesa y su cosmopolitismo no le permitieron evadir algunos rasgos neonormandos en el ábside de la  
capilla y la división a la francesa de la residencia en dos cuerpos independientes entre sí, de tres niveles cada uno, así como un cierto toque californiano más acorde con las comodidades de una vivienda de los años veinte.
La familia Noel habitó la casa por escaso tiempo, pues en 1936, debido a su elevado costo de mantenimiento, decidió venderla a la comuna por un monto simbólico que incluía la mayor parte de la 
colección de arte hispanoamericano y español que Martín Noel había adquirido en sus viajes por el continente y España. El arquitecto contaba con un excelente patrimonio de pintura cuzqueña, muebles españoles y virreinales de estilo frailero, imaginería y cerámica española, más todos los elementos arquitectónicos antiguos adosados a la mansión como parte de su terminación: puertas de iglesia, retablos, balcones limeños y
otros.
Con la base de este patrimonio se fundó el primer museo que funcionó en la residencia y fue conocido con el nombre de Museo Colonial. En 1943, un decreto municipal determinó concentrar las colecciones del Museo Fernández Blanco y el Museo Colonial, eligiéndose el Palacio Noel como única sede por el concepto arquitectónico de su edificio y por su capacidad. A partir de 1947 se
denominó Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, cumpliendo con la cláusula de la donación de Isaac Fernández Blanco que establecía el nombre que debía llevar el museo.
Visitar el museo es una alegría absoluta. Usted podría hacer nada más que pasar el rato en el patio andaluz tranquilo, con sus fuentes, bancos y árboles, y dejar satisfecho. Pero entonces te perderías una increíble colección de arte de la
época colonial de Argentina, Perú y Bolivia. El museo es pequeño, pero con tres pisos y abundante información sobre las exposiciones, una visita completa podría fácilmente consumir un par de horas. Pinturas religiosas de Cuzco, una habitación llena de muñecas de la época colonial, figuras de marfil, muebles de madera tallada, una cocina-reformado y trajes y prendas de vestir son sólo algunas de las piezas expuestas. Todo está iluminado con buen gusto y el entorno palaciego genera el ambiente perfecto. Independientemente de su nivel de interés en el arte latinoamericano de antigüedades, usted no será decepcionado en el museo. ….
Pagina oficial de museos de la ciudad de Buenos Aires.

Finalmente podemos observar que en el  gran  de acceso tiene el escudo de armas de la familia. Desde la calle se accede por un corredor lateral a las salas de la planta baja y el subsuelo, con muestras transitorias. Desde allí se Ilega al patio, donde se abre el jardín con veredas entre frondosos árboles, pájaros y enredaderas que hacen a este un lugar muy agradable para permanecer, observando la casa principal en todo su alrededor.
En la casa principal , con balcones cerrados y rejas muy trabajadas, se visita la Biblioteca, con la boisserie en estilo barroco. Se expone una colección de platería del siglo XVIII, repujada, fundida y cincelada. Hay objetos religiosos, coronas y espejos. El antiguo comedor, llamado Sala Redonda, tiene un portal de acceso, parte de un retablo de Colombia con talla profunda de madera recubierta en láminas de oro. Expone Custodias
de plata, algunas con incrustaciones de piedras preciosas y una lámpara botiva luso-brasileña. '. En el primer piso se pueden  ver objetos religiosos de platería, mobiliario y escultura de madera policromada colonial, jesuítica y luso-brasileña.
A pesar  de que el museo da muestra de poco mantenimiento de los patios y la limpieza, lo notabe es que esta obra de arte arquitectonica, se haya mantenido en pie……Visitarlo es emocionarse con el patrimonio cultural, arquitectonico, y de arte que supimos conseguir despues del 1° centenario,,,,,,….Arturo


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