miércoles, 20 de julio de 2016

CENTRO NAVAL. Un Palacio Parisino de BUENOS AIRES

CENTRO NAVAL, Un palacio para admirar


El Centro Naval fue creado el 4 de mayo de 1882, por un grupo de jóvenes Oficiales de la Armada Argentina, egresados de las primeras promociones de la Escuela Naval Militar, pero  recién el 14 de mayo de 1914, luego de peregrinar durante 32 años por las distintas sedes alquiladas,


el Centro Naval construyo un monumental palacio de estilo parisino, que todavía hoy luce con todo su esplendor, en Av. Córdoba y Florida. Este Palacio fue proyectado por los arquitectos franceses Gaston Mallet y Jacques Dumant en un detacado estilo academicista  Durante más de 100 años de existencia al lugar solo podían acceder el selecto círculo de socios marinos, hasta que hace dos meses se abrió al público con el formato de visitas guiadas. Visitar este palacio nos permite valorar la posición Argentina como potencia mundial en la época de su centenario.
El guía explica como el  diseñador resolvió acertadamente el serio problema que ofrecía el solar de una esquina rectangular. El funcionalismo del edificio, así como sus proporciones y detalles, lo convierten en una de las piezas más significativas de ese Buenos Aires de la década del Centenario, que concita la admiración de muchos turistas extranjeros y argentinos que pasean por la hoy peatonal Florida. La hermosa puerta central, fundida en el Arsenal Naval Buenos Aires, con los viejos cañones de las
guerras de la Independencia, estuvo a cargo del empresario metalúrgico Luis Tiberio, (también autor de la puerta del Palacio Paz y del techo de la Catedral de la ciudad de la Plata)    quién logro magistral pórtico de hierro y el bronce, convirtiéndola en una de las puertas más célebres de Buenos Aires. (la puerta en si misma es una verdadera Su hall o vestíbulo y la escalera central, más la farola que la ilumina, constituyen uno de los conjuntos más puros de la llamada «belle époque» porteña.



El diario La Prensa, obsequió las lámparas con los soportes artísticospara ser colocadas en el exterior del edificio a los costados de la puerta principal. La majestuosidad del edificio, que se asienta en noble zócalo de granito de Córdoba y se eleva en sus siete pisos con la decoración externa del escultor Luis Trinchero, inspirados en los ornamentos de los salones de la Guerra y la Paz del Palacio de Versalles, impone un sello particular que, al par que da fisonomía propia al Centro Naval, lo convierte en un punto de orgullo ciudadano. La decoración de los salones y recintos

(pinturas al fresco y dorados a la hoja), se mantienen como rara prueba artesanal local, así como sus dos ascensores principales, obra de ebanistería irremplazable. Dos ascensores muy particulares por ser cilíndrico tubular, con una decoración de su caja de madera por fina ebanistería, y una puerta de hiero fundido circular que en su apertura se enconde detrás de la caja. Estos ascensores con motores Siemens, funcionan a la perfección desde su inauguración,



Este monumental palacio ubicado en pleno microcentro Porteño, en av. Córdoba y florida se  Es uno de los edificios más espléndidos de la arquitectura de la École des Beaux Arts, digno de ser mostrado como obra de arte,  en cada detalle. Asimismo el  palacio contiene a su vez incalculables riquezas en pinturas y esculturas, ya que ha sido preservado minuciosamente desde su fundación. Imitar a Paris hizo de Buenos Aires del centenario una ciudad de corte europeo, siendo este un símbolo de la opulencia de aquellos tiempos.

ESCALERA IMPERIAL 




El arquitecto Mallet pretendía que la escalera que une los siete pisos, fuera un adorno especial que mostrara toda su magnificencia a quienes acceden al edificio de manera ru  tinaria o en grandes fiestas. Se inspiró para realizarla en las escaleras de la Ópera de París y del Palais Royal, que figura en el cuadro que Gérome pintó del Cardenal Richelieu. Es una escalera de doble revolución, realizada con nobles mármoles y que, efectivamente, logra dar al edificio uno de los elementos de suntuosidad más significativos. Un palacio sin escalera monumental no es palacio.



Al subir al primer piso por ascensor o por dos escaleras laterales,  se encuentra lo que antes se  llamaba el Salón de Fumar o el Salón de Socios, lugar de tertulias y debates, o de conversación,  ahora llamado  Gran Salón  Presidente Sarmiento, Presidido por el busto de Sarmiento arriba del hogar.


 
La descripción dice es un estado dentro de otro estado. Reservado al uso exclusivo de los socios y de sus contados invitados, es y ha sido motivo de anécdotas y múltiples leyendas. Como dice nuestro guía es la quintaesencia del Centro Naval y ha sido desde su inauguración, el lugar preferido para los grandes debates de sus asociados, lugar de largas tertulias, donde socios con mayor o menor vehemencia, han participado con libertad y respeto exponiendo sus ideas. Es asimismo, el espacio propicio para la lectura de diarios y revistas. Construido en nobles materiales: boiserie de la
mejor estirpe, gran hogar en piedra y madera, fino espejo, mejor parquet, sobrias alfombras y cortinados, mullidos sofás y sillones agrupados de a cuatro o de a seis, mesas de lectura, escritura y una iluminación acorde con todo ello. Encierra una interesante colección, de cuadros , un antiguo reloj de pié, un pequeño faro que en otras épocas señalaba la presencia femenina cuando estaba encendido y otros elementos decorativos, todos ellos presididos desde lo alto por el antiguo retrato del almirante Brown en su uniforme de Comodoro de la Escuadra de las Provincias Unidas del Río de la
Plata, pintado por García del Molino. Detrás de la puerta espejada del Gran Salón se encuentra el bar ambientado con gusto marinero, no desentonando con el resto del edificio. Lugar de reunión informal que mantiene el espíritu del Gran Salón, en versión más sencilla y que contiene una de las pinacotecas más importantes del mundo vinculadas a la temática marina. Está en un ambiente de época que incluye un inmenso hogar de leña, con tallados de madera y fogón dehierro fundido y una destacada boiserie, importantes cortinados, parquet de
cedro, sofás de gobelino y mullidos sillones. Dos cuadros de una serie de 12 cuadros de la batalla de Trafalgar, pintados por el Marinista Caballero De Martino, se encuentran en este Salon. Los 10 restantes que forman parte del tesoro artístico de la Escuela de Guerra Naval de Gran Bretaña. La leyenda habla de los múltiples intentos de la corona por conseguir dichos cuadros, incluso de un cheque en blanco firmado por la reina. Lo cierto es que siempre se negaron a negociar firne con su espíritu conservador del patrimonio que hoy podemos ver todos los Argentinos.


 También se puede ver un inmenso  Quinquela Martin en su obra Trabajo en el Puerto.

 
En el segundo piso se encuentra el salón más fastuoso, el de fiestas, inspirado en una de las salas del Museo del Louvre, y que es utilizado para casamientos. El salón de fiestas del segundo piso tiene las dimensiones y está inspirado en la Sala de «Antiques» del Museo del Louvre. Usados para grandes festejos y casamientos, hoy se puede compartir con el Te con Historia. Es, según la tradición europea, la planta “noble” del edificio. Como nos indicara el guía este salón tiene un doble encanto: de día la luz solar tiene un efecto de aura encantada que baña las columnas, el noble piso
 de roble y los apliques y arañas que lo visten; es un efecto de niebla que ha sido utilizado por varios estudios fotográficos. Y por otra extremo de noche el brillo se lo confieren los elegantes luminarias que penden del cielorraso. Este salón es el ámbito preferido para las grandes fiestas, en particular las de casamiento de nuestros socios y de aquellos acontecimientos académicos, artísticos y sociales que organiza el Centro Naval. La primera recepción en este salón se realizó en febrero de 1915, para dar la bienvenida a la Plana Mayor del Acorazado Rivadavia que en esos días amarró en Buenos Aires, luego de su construcción en EEUU

Divinidad mitológica sentada sobre una roca a orillas del mar”, de F. Vicchi, ubicada en la rotonda del 2º piso, Es una escultura de gran valor artístico, construida en tres tipos de marmol,blanco, biege y marron  forma parte del patrimonio del palacio.
 
 En el cuarto piso está la biblioteca, hecha enteramente de madera, con exhibidores vidriados, y una escalera con rueda para acceder desde el piso hasta el alto
 cielorraso. La misma fue donación del empresario Naviero Miguel Mihanovich.  Contiene ejemplares únicos que dan cuenta de la historia marítima de la Argentina y del mundo. Esta Biblioteca, hoy denominada “Capitán de Fragata Héctor Ratto”, creada desde el mismo momento de la fundación del Centro Naval, con el aporte inicial de la Armada, por compras y canjes y por importantes legados de los socios, en especial de los entonces
capitanes Albarracín, García Mansilla, Ratto y del señor Mihanovich. En su conjunto constituyen un valioso repositorio de libros de estrategia, historia, narraciones de viajes y de material principalmente vinculado con la actividad náutica.. Sus anaqueles contienen importantes obras, algunas dentro de la categoría «obras valiosas», que por su valor, constituyen un imprescindible material de consulta relacionado con todo lo que haga a los intereses marítimos argentinos, y a la historia marítima y naval nacional y extranjera, así como también libros técnicos, diccionarios y enciclopedias afines. Conviven con estas importantes obras, valiosos ejemplares sobre la actualidad nacional e internacional y material de lectura de las distintas ramas de la literatura. También es posible visitar el comedor, el Salón de Armas, utilizado para juegos y eventos, y en el subsuelo, la peluquería, con sillones giratorios de época, y la sastrería, exclusiva de los socios.


No hay como visitar el lugar. Por momentos te olvidas que estas en Buenos Aires. Es una muestra del sueño que tuvieron nuestros antecesores.

domingo, 17 de julio de 2016

MUSEO HISTÓRICO NACIONAL, En el Parque Lezama de BUENOS AIRES

MUSEO HISTÓRICO NACIONAL DE BUENOS AIRES

En el extremo sur del porteño barrio de SAN TELMO, en la calle Defensa al 1600 se encuentra este renovado Museo Histórico Nacional. Creado en 1889 por iniciativa de Adolfo P. Carranza, la municipalidad de la ciudad de Buenos Aires dispuso la creación del Museo Histórico .Para su organización se convoco a una comisión de notables, entre los que figuraban Bartolomé Mitre y Julio A. Roca, entre otros. Desde luego Adolfo Carranza
fue nombrado director de la nueva institución y ejerció el cargo hasta su muerte, en 1914. El archivo personal de Adolfo Carranza paso a formar parte del acervo histórico de la institución y  dada la riqueza e importancia de la información histórica, es frecuentemente consultada por los investigadores de a historia. El Museo hoy no solo tiene una gran cantidad de elementos de colección sino también una gran documentación histórica sobre la  Argentina que lo hace particularmente valioso,

con una biblioteca de mas de quince mil volúmenes, que cubren también parte de la historia americana.
  El Museo se inicio en un edificio de la calle Esmerada 848, luego paso a la calle Moreno 330 y también funcionó en el actual Jardín Botánico, hasta que en 1897 o sea a pocos años de su fundación paso a la actual ubicación en lo que fue la residencia del acaudalado comerciante Salteño José Gregorio Lezama , que le da el nombre al actual Parque
Lezama, el cual formaba parte de los jardines de dicha mansión.
Los historiadores cuentan que este museo se creó como un elemento más para la consolidación de la República Argentina, que salía de casi medio siglo de guerras civiles. Eran épocas muy difíciles que fueron cambiando rápidamente en la medida que la Argentina comenzó a industrializarse y se iniciaba por otro lado  el desarrollo de las comunicaciones y la masiva llegada de inmigrantes
Europeos que cambiaron por completo la fisonomía de la Argentina, pero por sobre todo la ciudad de Buenos Aires que comenzó a gestarse como la una gran ciudad con gran estilo Parisino. En ese contexto se necesitaba reafirmar la identidad nacional y muchos fueron las acciones en ese sentido, una de ella se lograba con la fundación de este Museo Histórico., entre sus objetivo era lograr unificar a la sociedad argentina apelando a un acervo común de
tradiciones y a una historia compartida.
La información  del museo no cuenta que con su creación “ se buscaba desarrollar una educación patriótica para las nuevas generaciones y, de esta manera, impulsar un sentimiento de pertenencia nacional. El Museo fue concebido como el Panteón de la Patria donde se guardaban y veneraban las reliquias de los próceres de la Revolución de Mayo y las guerras de la independencia. Desde sus exhibiciones se
difundió una narración histórica unilineal y homogénea –muchas veces respaldada por una iconografía patriótica hecha por encargo– que ignoraba los conflictos y la diversidad de identidades étnicas, regionales y sociales que convivían dentro de los límites del Estado argentino.”
Actualmente el museo se encuentra muy renovado dentro de la hermosa residencia que es mantenida en perfectas condiciones  y que constituye  en si misma
una joya arquitectónica. El museo comienza  mostrándonos la historia de lo que fue el territorio Argentino desde hace 10.000 años atrás con sus aborígenes, hasta llegar a la historia de la revolución de mayo. Usando los modernos recursos de comunicación para llegar de una manera ilustrativa al público en general. Como dicen sus autoridades se trata de proponer un museo dinámico que ofrezca distintas visiones del pasado, a través de un diálogo amplio capaz de
manifestar las diversas maneras de ser  argentino.
Las colecciones del Museo Histórico NacionalEn el patio de la residencia podemos encontrar un conjunto de tres campanas, la Mayor es la Campana de bronce de la Iglesia de la Merced de Buenos  Aires con un asa de seis brazos decorado con una cabeza de animal fantástico. En relieve se puede ver el escudo de la orden de los Mercedarios. Una cruz latina y la inscripción la fundió Antonio Murillo.

 
Nuestra madre y Señora de la Merced y el glorioso San Ramón Nonato. Año de 1793. En Buenos Aires. Siendo Hermadr Comend (hermano comendador) De la Ve.On. Ta (Venerable Orden Tercera) Dn. Santiago Flotat. Ave Maria gratia plena
Campana de bronce de la Catedral de Buenos Aires,  con asa de seis brazos decorado con una cabeza de animal fantástico. Bajo relieve se observa una cruz de calvario de estrellas, tres clavos y la inscripción año
1798 S ( Santo) Petre ora pro nobis (San Pedro ruega por nosotros). Hizose en Sevilla para la Sta. Cathedral de Buenos Aires.
La tercera campana también de Bonce perteneció a la Catedral de Buenos Aires, tiene un asa de seis brazos simples. Bajo relieve se observa la coronación de la viegen y un calvario de estrellas.Posee una inscripción que dice:  Soy la Santísima Trinidad Titvlar de esta Santa Igglesia Cathedral  de Buvenos Ayres . Año de 1892 José de Mendoza  me
yzo.
También hay una serie de cañones históricos de diversos calibres o tamaño que custodian la residencia. Los hay de caño coto y caño largo de mayor alcance pero mas pesado y dificeles de transportar, por lo que por lo general estaban fijos en las fortalezas a proteger.
El aljibe, de la residencia se encuentra en el patio central. En aquellos tiempos el aljibe era una símbolo de distinción de una residencia. Los primeros pozos subterráneos
se comenzaron a construir en Buenos Aires,  en la segunda mitad del siglo XVIII. El ajibe era un pozo de varios metros que comunicaba con la napa, y en su construcción la cámara subterránea se comunicaba con un brocal y una arco con una roldana por el cual pasaba una cadena y una soga con un balde que permitía extraer el agua. EL agua solía mantenerse limpia  de bichos con la colocación de unas tortugas en su interior, Asimismo los aljibes tenían una tapa superior y muchas veces un candado lo

 
que indicaba que se trataba de un preciado elemento.  Las casas que no tenían aljibe la mayoría de las casas de aquellos tiempos, se abastecían de los aguateros que traían el agua del rio.
El Museo Histórico Nacional ha logrado reunir una colección de diversos objetos: excelentes grabados, litografías, cuadros, imágenes religiosas y esculturas; banderas, estandartes, armas y uniformes de las guerras de la Independencia; muebles, relojes, partituras,
instrumentos musicales y vajillas de las familias tradicionales del siglo XIX; recuerdos de la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo, relicarios y miniaturas, daguerrotipos, fotos y tarjetas postales; aperos, ponchos, objetos de plata y prendas gauchas.
Entre sus colecciones pictóricas resaltan los cuadros de José Gil de Castro, que retrató contemporáneamente a varios protagonistas de la emancipación sudamericana; las pinturas de Cándido López, cuya obra constituye
un valioso testimonio de la Guerra del Paraguay (1865-1870); y los trabajos de los artistas europeos León Palliere, César Bacle y Emeric Vidal quienes, a través de sus litografías, abordaron diversos aspectos de los usos y costumbres del Río de la Plata en el siglo XIX. Dignos de mención son los instrumentos musicales históricos como los pianos y los forte pianos de la familia Escalada, de María Sánchez de Thompson y de Eduarda Mansilla. Precisamente

 Mariquita Sánchez de Thompson aquella mujer valiente que paso a la historia por ser anfitriona de reuniones sociales y que congregaba en sus tertulias a los políticos relevantes de su tiempo, conocidas por sus ideales de libertad y porque además con su piano se canto por primera vez el Himno Nacional Argentino un 14 de mayo de 1813. Su verdadero nombre era . María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velasco y Trillo ., al costado de su piano podemos ver un retrato que la
recuerda en sus reuniones sociales, parada frente al piano, la tradición dice que se encuentran cantando el himno., además comparte la escena con tres damas que dan la pauta de participar de la misma vocación por la cultura y el arte.. Los cuadros de aquella época eran como una fotografía que trataban de reflejar un momento
importante o relevante en la vida de los personajes retratados.. El pianista de espalda  muestra a  un solemne  pianista interpretando la partitura de Blas Parera,
  
SAN MARTIN
En el Museo puede visitarse la reproducción del dormitorio de José de San Martín en Boulogne-Sur-Mer (Francia), ambientado con objetos originales de acuerdo al bosquejo enviado por su nieta Josefa Balcarce. En la misma


 
se observa la cama, el mobiliario original de San Martin el lavabo y hasta su bastón . Asimismo en la pared frontal se encuentra el cuadro de San Martin que durante algunos años se lo colgó en el despacho presidencial de la casa rosada, y actualmente ha vuelto a su lugar por ser patrimonio de dicho museo. Todo el conjunto se encuentra debidamente protegido en una habitación vidriada.
Asimismo a un costado en la pared lindante se ha colocado la puerta de entrada a la casa
de Boulogne Sur Mer. Con su timbre y golpeador , que ha pasado a formar parte del patrimonio del museo que guarda muchas pertenencias de San Martin como el sable corvo..

Desde de septiembre del 2015, el Museo Histórico Nacional exhibe al público el sable corvo del General San Martín con su dragona, o correa del arma, ya que fue  restaurada por los   textiles del organismo militar. Para llegar a la cámara donde se encuentra el sable corvo se
pasa primero por una cámara iluminada donde figura el acta de la independencia y un mural que muestra el frente original de la antigua casa de Tucumán. En el centro hay una urna con la llamada escribanía, donde se encuentran nada menos que los tinteros de Plata utilizados en el firma del acta de la independencia en el congreso de Tucumán, reunido el 9 de julio de 1816. Se muestra una bandeja lisa con borde floreado, con dos tinteros un portaplumas y una
campanilla. (Estos elementos fueron expuestos en la casa de Tucumán el día del bicentenario y devuelto al museo al día siguiente). Al pasar la cámara de los tinteros  hay un largo túnel oscuro conformado por una serie de vitrinas que muestran los distintos sables de nuestros patriotas y algunos casos también armas usadas en esa época, finalizando en la cámara donde luce iluminado el sable corvo del Libertados. La dragona hoy se ha colocado sobre una superficie plana para su mejor





conservación. Al acercarse al lugar se pueden distinguir los dorados hilos metálicos usados en su trenzado. La correa, que fue confeccionada con hilos metálicos, permanece en el Museo Histórico Nacional desde 1897, cuando fue donada a la institución por los descendientes de Juan Manuel de Rosas.

  El sable colocado sobre una vitrina especial es custodiado por dos granaderos conformando un cuadro vivo muy emotivo. Pasado el mediodía se suele hacer el cambio de guardia.