jueves, 5 de marzo de 2015

BELLAS ARTES Y LA SEDUCCION FATAL



MNBA SE LLENA DE EROTISMO Y SEDUCCIÓN

Eros et Psyche: AUTOR: Dubufe, Édouard Marie Guillaume  (Francia, París, 1853 – 1909)

El MNBA fue inaugurado en el año 1895 por un decreto del presidente Jose Evaristo Uriburo, luego de ocupar diversos edificios, fue hospedado en la que fuera la Casa de las Bombas perteneciente a la empresa de Obras Sanitarias de la Nación. El arquitecto Rafael Bustillo fue el encargado de adaptarlo y el resultado fue un espacio perfectamente adaptado a las necesidades de un museo, con amplias salas bien iluminadas que abrió sus puertas en el año 1933. Hoy su arquitectura ha sido superada con los avances tecnológicos, no obstante el MNBA por su colección es el museo mas importante de
Sudamérica. Como las colecciones se incrementaron gracias a las compras y donaciones, el edificio fue ampliado reiteradas veces, y junto al MALBA constituyen sin dudas los museos mas importantes de Buenos Aires..
La Colección de Arte Internacional del MNBA, que se exhibe en la planta baja, incluye obras desde el Medievo hasta el siglo XX, con obras de Picasso, Monet, Goya, Rodin, Gauguin y otros artista de renombre internacional. Aquí están los académicos, los clásicos, lo convencional. es  Su condición de reunir muestras universales de todos
PSIQUIS EN LA FUENTE ,1887 Oleo ALEXIS J. MAZEROLLE
los estilos, lo ha transformado en uno de los museos de características ecléticas mas importante de Sudamérica
La Colección Permanente de Arte Argentino del Siglo XX se encuentra en el primer piso y expone obras de Berni, Soldi y Quinquela Martín, entre otros. En la misma planta, la Sala de Arte Precolombino Andino y el Auditorio donde se realizan variadas actividades culturales y educativas.
Una muestra permanente de fotografías se expone en el segundo piso y en las terrazas hay esculturas al aire libre, igual que en los jardines que lo rodean. La Biblioteca del Museo es de referencia en el panorama del arte.








EROTISMO
El erotismo siempre ha sido una atracción inherente a la naturaleza humana, desde la tribus mas primitivas se encuentran muestra de esta irrenunciable atracción, pero lo que ha variado es la mirada de las distintas generaciones, a la luz de los cambios culturales y los nuevos criterios de las conductas morales.
 
Durante muchos años el desnudo tenia un contenido impúdico que no permitia su libre exposición, con el tiempo el arte permitió encontrar  no solo un cambio transgresor sino un cambio hacia la libertad de expresión
El arte erótico es actualmente foco de renovadas miradas que nos permiten ver en esta exposición un colección junta de las expresiones de un arte que supo ser trasgresor. Muchas  exposiciones de este género  siguen generando grandes polémicas como lo  comenta Zara Echezarreta en su nota  lo que  sucedió en la muestra en el museo
Leopold de Viena en 2012, que mostraba el desnudo masculino a lo largo de la historia del arte, hasta Masculin-Masculin, de la cuya cobertura se realizo  en leedor,  en el Musee D’Orsay, el año pasado, seguido por la performance de la artista luxemburguesa Deborah de Robertis, quien el pasado 29 de mayo, expuso su vagina frente a la obra “El origen del mundo” de Courbet en el Musee D’ Orsay con el Ave María de Schubert interpretado por María Callas, mientras recitaba un poema. Asimismo Zara Echezrreta comenta que unos meses antes, Adrián Pino,
otro performer catalán, se había desnudado frente a la obra  ‘El nacimiento de Venus’ de Botticelli en el Museo Uffizi de Florencia (Italia).
La propuesta  actual  del MNBA de Buenos Aires  donde Laura Malosetti Costa es la curadora de la muestra  “La seducción fatal, es una puesta cuidadosamentee  seleccionada, con alto valor artístico e histórico, no por ello no deja de generar polémica. Lo rescatable es que Imaginarios eróticos del siglo XIX” en el MNBA propone una mirada diferente sobre el mismo tópico.

  El particular periodo elegido para la muestra es el comprendido en el siglo XIX hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. El tema es la mujer y el imaginario erótico en ese período, cuyos tópicos son reformulados y transformados para el consumo burgués. Está integrada casi en su totalidad por obras que pertenecen a la colección del Museo y está organizada en núcleos temáticos. Como son el  Erotismo y violencia: el rapto;  Prisioneras y cautivas; Desnudo, voyeurismo y trasgresión; Seductoras fatales y musas modernas. A la luz de la mirada actual, la muestra tiene una
gran importancia histórico cultural, y sin dudas nos permite conocer con una mirada permitida o aceptada socialmente lo que fue una transgresión y un representación prohibida.
Como siempre es la imagen de la mujer objeto de deseo , objeto de admiración, que esta presente en la vida del hombre, y que el arte ha sabido representarla a lo largo del tiempo.

Prisioneras y cautivas (que pasan de ser las cautivas europeas a ser las cautivas del malón en América, y su imaginario adaptado a los temas
locales), el auge orientalista que fantasea con la idea de un harem, con muchas mujeres en cautiverio, también aparece en la obra de autores argentinos, como Severo Rodriguez Etchart.
Este imaginario erótico del sigloXIX profundamente incorrecto para la sociedad actual, en aquel momento tuvo una activa participación femenina.







No es casual que la obra elegida como imagen de la muestra, sea la de Juana Romani, artista que se ganaba la vida haciendo de modelo para pintores orientalistas en París, pero como ella también era pintora, se hizo un inquietante autorretrato en el que representa su propio desnudo.


Voyeurismo y transgresión. Los desnudos secretos, son obras que no se exponían y solo se apreciaban en forma privada, como los retratos a criadas de Prilidiano Pueyrredón, o el emblemático “Despertar de la criada” de Eduardo Sívori.
Una cantidad de obra de formato pequeño, corresponde a los desnudos de consumo burgués, mercancía erótica que se vendía en los bazares y así los artistas se ganaban el sustento.
Seductoras fatales y musas modernas, tienen que ver con el nuevo lugar de la mujer en la sociedad.


La femme fatal está presente en forma casi obsesiva en todas las manifestaciones culturales del fin de siglo. El  imaginario representa el miedo que produjo en los varones esta mujer nueva, poderosa, que se convertía en bailarina, en diva de cine, tema de novelas y obras de teatro.
Muchas de estas mujeres fatales tomaron el nombre de heroínas, porque este también es un tópico tradicional y uno de los primeros: la mujer que desestabiliza el orden por querer saber.
La curiosidad de Eva cuando muerde la manzana, que no es otra
cosa que la voluntad de saber discernir entre el bien y el mal, al igual que la voluntad de Pandora de saber qué esconde su caja.
Muchos mitos tienen que ver con la mujer que aterroriza a los hombres, pero sobre todo, la mujer que quiere ocupar un lugar que supuestamente no le corresponde.
Algunos son retratos de actrices encarnando el personaje de heroína de alguna obra que representaban. Por ejemplo, la emperatriz Theodora, es un retrato de Sarah Bernhardt caracterizada para la obra de teatro.
El MNBA convocó a 20 escritores
para que redactaran los epígrafes de las obras. Algunos de estos textos forman parte del catálogo.
En una sala aparte, se proyectan las primeras películas eróticas argentinas que son propiedad del Museo del Cine, junto a un rico material fotográfico y folletos de invitación a citas con mujeres, que eran de consumo general en el ambiente de hombres solos inmigrantes a principio de siglo.
Una muestra para recorrer más de una vez, por las variadas lecturas que ofrece y el rico material que exhibe.
Es tan compleja esta exposición
como polémica, pero la preparación de la muestra ha sido inteligentemente preparada de tal modo que resulta una visión clara de la evolución del tema del erotismo a través de tiempo y desde la mirada del arte, que siempre es un gran interprete de la realidad social de cada tiempo. Pero para los pocos entendidos, como mi caso, que solo asume el entusiasmo de ver obras de arte, es importante el aporte enriquecedor de las guias que diariamente a las 16 hs y a las 18 hs hacer una recorrida con aportes criticos sumamente valiosos. Las visitas son guiadas por profesionales del arte lo que significa un aporte superlativo del museo y una demostracion del alto grado de desarrollo cultural que tiene la Argentina......Arturo

SOBRE LA EXHIBICIÓN  Nota de prensa
En el Museo Nacional de Bellas Artes se inauguró, el 11 de noviembre a las 19:00  la exposición “La seducción fatal. Imaginarios eróticos del siglo XIX”, curada por Laura Malosetti Costa. Organizada en colaboración con la Biblioteca Nacional, la exposición  se desarrolla asimismo en la Sala del Tesoro de la misma donde se exhibirán grabados y publicaciones eróticas de su acervo.



Eduardo Sívori- como de algunos coleccionistas argentinos. Todo ello fue dando forma a la cultura de una elite que procuraba instalar en Buenos Aires los hábitos y gustos de una modernidad urbana europeizada, pero también a un nuevo ordenamiento de los cuerpos, del deseo y de las relaciones de género. Eduardo Schiaffino es el protagonista clave de esta historia: desde sus propios desnudos modernos y simbolistas, sus intervenciones como crítico en varios periódicos, y su permanente batalla por el arte moderno como formador de colecciones para el
Museo Nacional, fue él sin duda quien más contribuyó a construir un escenario para el arte nuevo –con el desnudo femenino como punta de lanza – en Buenos Aires. Gracias a la iniciativa de la Biblioteca Nacional de convocar a destacados escritores contemporáneos para escribir sobre las obras de esta exposición, tenemos la oportunidad de acercarnos al estímulo tanto intelectual como sensible que ellas siguen ejerciendo sobre este grupo selecto de hombres y mujeres de nuestra cultura, lo cual habla de la persistencia de sus poderes. La exposición cuenta con el generoso
apoyo, como es habitual, del Ministerio de Cultura de la Nación y también de la Asociación Amigos del MNBA. ​En esta exposición, se exhiben alrededor de 65 obras de pintura y escultura, además de grabados, fotografías e impresos, reunidas en los siguientes núcleos:  Erotismo y violencia: el rapto;  Prisioneras y cautivas; Desnudo, voyeurismo y trasgresión; Seductoras fatales y musas modernas.Esta selección permite contemplar obras de artistas europeos y argentinos - incluyendo al uruguayo Juan Manuel Blanes-  del siglo XIX para considerarlas en
conjunto, siguiendo el hilo de la imaginería erótica de Occidente en el arte y en el gusto de los coleccionistas y públicos argentinos, con sus sincronías y divergencias. Se intenta transformar su carácter de “obras de arte de museo”, según una nueva mirada, vinculándolas con otras manifestaciones de la cultura de su tiempo como elementos visuales que dieron forma al deseo, como manifestaciones del universo ideológico y mental en el que se inscribieron. La extraordinaria colección de obras del siglo XIX del Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires no ha sido hasta ahora puesta en escena con una mirada crítica que la vincule con las grandes tradiciones del erotismo en Occidente. Se trata de una colección particularmente rica en pintura y escultura de fines del siglo XIX y la primera década del XX, el momento en que fue creado el museo y los coleccionistas porteños de la Belle Époque adquirían las obras de arte europeo que irían a enriquecerlo. Gran parte de las obras exhibidas en sala central de la planta baja y en la sala dedicada a los primeros artistas nacionales modernos, se inscriben en los tópicos hegemónicos consagrados y
admitidos en relación con la mirada y el deseo masculinos sobre el cuerpo de las mujeres. Aunque buena parte de las obras que hemos reunido aquí fue realizada en Europa, en un nuevo ámbito sus significados variaron: nuestra mirada situada en la Buenos Aires de fin de siglo las desplaza a un escenario distinto, donde se tramitaron de otros modos las novedades y las tradiciones europeas, así como las relaciones de género, raza y clase implícitas en las formas del erotismo que esas obras pusieron en escena. En ese sentido, hay aquí una invitación a pensar
sincrónicamente los distintos circuitos y públicos para este tipo de representaciones y la incipiente cultura de masas en la ciudad: los grabados y libros de lujo, la fotografía, la caricatura política, la publicidad en las primeras revistas ilustradas, el cine, la milonga y el tango. A partir de esos cruces, resulta evidente la fluidez con que las imágenes, los símbolos, las formas de pensar y sentir circularon entre la cultura de las elites y la de las clases populares, en una ciudad que por esos años alimentó una fama mundial de ser tan bella y seductora como peligrosa. Así, en ese cruce,
las obras consagradas por la “alta cultura” se verán por un instante desplazadas de la lógica del Museo aun dentro de sus muros: un cierto des enmascaramiento invitará a mirarlas de nuevo junto a otras manifestaciones culturales que, en sincronía y en sintonía con ellas pero fuera del museo, fueron consideradas pornográficas y “peligrosas”. En ese contexto ampliado pretendemos desnaturalizar sus implicancias eróticas, proponiendo a los espectadores nuevos lugares críticos desde donde observarlas.Esas obras hablan de un gusto predominante en las colecciones argentinas por el erotismo suave y refinado de artistas como William-Adolphe Bouguereau o Jules Lefebvre, de una cierta predilección por motivos eróticos orientalistas de algún modo vinculados con la historia local,

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