domingo, 17 de julio de 2016

MUSEO HISTÓRICO NACIONAL, En el Parque Lezama de BUENOS AIRES

MUSEO HISTÓRICO NACIONAL DE BUENOS AIRES

En el extremo sur del porteño barrio de SAN TELMO, en la calle Defensa al 1600 se encuentra este renovado Museo Histórico Nacional. Creado en 1889 por iniciativa de Adolfo P. Carranza, la municipalidad de la ciudad de Buenos Aires dispuso la creación del Museo Histórico .Para su organización se convoco a una comisión de notables, entre los que figuraban Bartolomé Mitre y Julio A. Roca, entre otros. Desde luego Adolfo Carranza
fue nombrado director de la nueva institución y ejerció el cargo hasta su muerte, en 1914. El archivo personal de Adolfo Carranza paso a formar parte del acervo histórico de la institución y  dada la riqueza e importancia de la información histórica, es frecuentemente consultada por los investigadores de a historia. El Museo hoy no solo tiene una gran cantidad de elementos de colección sino también una gran documentación histórica sobre la  Argentina que lo hace particularmente valioso,

con una biblioteca de mas de quince mil volúmenes, que cubren también parte de la historia americana.
  El Museo se inicio en un edificio de la calle Esmerada 848, luego paso a la calle Moreno 330 y también funcionó en el actual Jardín Botánico, hasta que en 1897 o sea a pocos años de su fundación paso a la actual ubicación en lo que fue la residencia del acaudalado comerciante Salteño José Gregorio Lezama , que le da el nombre al actual Parque
Lezama, el cual formaba parte de los jardines de dicha mansión.
Los historiadores cuentan que este museo se creó como un elemento más para la consolidación de la República Argentina, que salía de casi medio siglo de guerras civiles. Eran épocas muy difíciles que fueron cambiando rápidamente en la medida que la Argentina comenzó a industrializarse y se iniciaba por otro lado  el desarrollo de las comunicaciones y la masiva llegada de inmigrantes
Europeos que cambiaron por completo la fisonomía de la Argentina, pero por sobre todo la ciudad de Buenos Aires que comenzó a gestarse como la una gran ciudad con gran estilo Parisino. En ese contexto se necesitaba reafirmar la identidad nacional y muchos fueron las acciones en ese sentido, una de ella se lograba con la fundación de este Museo Histórico., entre sus objetivo era lograr unificar a la sociedad argentina apelando a un acervo común de
tradiciones y a una historia compartida.
La información  del museo no cuenta que con su creación “ se buscaba desarrollar una educación patriótica para las nuevas generaciones y, de esta manera, impulsar un sentimiento de pertenencia nacional. El Museo fue concebido como el Panteón de la Patria donde se guardaban y veneraban las reliquias de los próceres de la Revolución de Mayo y las guerras de la independencia. Desde sus exhibiciones se
difundió una narración histórica unilineal y homogénea –muchas veces respaldada por una iconografía patriótica hecha por encargo– que ignoraba los conflictos y la diversidad de identidades étnicas, regionales y sociales que convivían dentro de los límites del Estado argentino.”
Actualmente el museo se encuentra muy renovado dentro de la hermosa residencia que es mantenida en perfectas condiciones  y que constituye  en si misma
una joya arquitectónica. El museo comienza  mostrándonos la historia de lo que fue el territorio Argentino desde hace 10.000 años atrás con sus aborígenes, hasta llegar a la historia de la revolución de mayo. Usando los modernos recursos de comunicación para llegar de una manera ilustrativa al público en general. Como dicen sus autoridades se trata de proponer un museo dinámico que ofrezca distintas visiones del pasado, a través de un diálogo amplio capaz de
manifestar las diversas maneras de ser  argentino.
Las colecciones del Museo Histórico NacionalEn el patio de la residencia podemos encontrar un conjunto de tres campanas, la Mayor es la Campana de bronce de la Iglesia de la Merced de Buenos  Aires con un asa de seis brazos decorado con una cabeza de animal fantástico. En relieve se puede ver el escudo de la orden de los Mercedarios. Una cruz latina y la inscripción la fundió Antonio Murillo.

 
Nuestra madre y Señora de la Merced y el glorioso San Ramón Nonato. Año de 1793. En Buenos Aires. Siendo Hermadr Comend (hermano comendador) De la Ve.On. Ta (Venerable Orden Tercera) Dn. Santiago Flotat. Ave Maria gratia plena
Campana de bronce de la Catedral de Buenos Aires,  con asa de seis brazos decorado con una cabeza de animal fantástico. Bajo relieve se observa una cruz de calvario de estrellas, tres clavos y la inscripción año
1798 S ( Santo) Petre ora pro nobis (San Pedro ruega por nosotros). Hizose en Sevilla para la Sta. Cathedral de Buenos Aires.
La tercera campana también de Bonce perteneció a la Catedral de Buenos Aires, tiene un asa de seis brazos simples. Bajo relieve se observa la coronación de la viegen y un calvario de estrellas.Posee una inscripción que dice:  Soy la Santísima Trinidad Titvlar de esta Santa Igglesia Cathedral  de Buvenos Ayres . Año de 1892 José de Mendoza  me
yzo.
También hay una serie de cañones históricos de diversos calibres o tamaño que custodian la residencia. Los hay de caño coto y caño largo de mayor alcance pero mas pesado y dificeles de transportar, por lo que por lo general estaban fijos en las fortalezas a proteger.
El aljibe, de la residencia se encuentra en el patio central. En aquellos tiempos el aljibe era una símbolo de distinción de una residencia. Los primeros pozos subterráneos
se comenzaron a construir en Buenos Aires,  en la segunda mitad del siglo XVIII. El ajibe era un pozo de varios metros que comunicaba con la napa, y en su construcción la cámara subterránea se comunicaba con un brocal y una arco con una roldana por el cual pasaba una cadena y una soga con un balde que permitía extraer el agua. EL agua solía mantenerse limpia  de bichos con la colocación de unas tortugas en su interior, Asimismo los aljibes tenían una tapa superior y muchas veces un candado lo

 
que indicaba que se trataba de un preciado elemento.  Las casas que no tenían aljibe la mayoría de las casas de aquellos tiempos, se abastecían de los aguateros que traían el agua del rio.
El Museo Histórico Nacional ha logrado reunir una colección de diversos objetos: excelentes grabados, litografías, cuadros, imágenes religiosas y esculturas; banderas, estandartes, armas y uniformes de las guerras de la Independencia; muebles, relojes, partituras,
instrumentos musicales y vajillas de las familias tradicionales del siglo XIX; recuerdos de la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo, relicarios y miniaturas, daguerrotipos, fotos y tarjetas postales; aperos, ponchos, objetos de plata y prendas gauchas.
Entre sus colecciones pictóricas resaltan los cuadros de José Gil de Castro, que retrató contemporáneamente a varios protagonistas de la emancipación sudamericana; las pinturas de Cándido López, cuya obra constituye
un valioso testimonio de la Guerra del Paraguay (1865-1870); y los trabajos de los artistas europeos León Palliere, César Bacle y Emeric Vidal quienes, a través de sus litografías, abordaron diversos aspectos de los usos y costumbres del Río de la Plata en el siglo XIX. Dignos de mención son los instrumentos musicales históricos como los pianos y los forte pianos de la familia Escalada, de María Sánchez de Thompson y de Eduarda Mansilla. Precisamente

 Mariquita Sánchez de Thompson aquella mujer valiente que paso a la historia por ser anfitriona de reuniones sociales y que congregaba en sus tertulias a los políticos relevantes de su tiempo, conocidas por sus ideales de libertad y porque además con su piano se canto por primera vez el Himno Nacional Argentino un 14 de mayo de 1813. Su verdadero nombre era . María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velasco y Trillo ., al costado de su piano podemos ver un retrato que la
recuerda en sus reuniones sociales, parada frente al piano, la tradición dice que se encuentran cantando el himno., además comparte la escena con tres damas que dan la pauta de participar de la misma vocación por la cultura y el arte.. Los cuadros de aquella época eran como una fotografía que trataban de reflejar un momento
importante o relevante en la vida de los personajes retratados.. El pianista de espalda  muestra a  un solemne  pianista interpretando la partitura de Blas Parera,
  
SAN MARTIN
En el Museo puede visitarse la reproducción del dormitorio de José de San Martín en Boulogne-Sur-Mer (Francia), ambientado con objetos originales de acuerdo al bosquejo enviado por su nieta Josefa Balcarce. En la misma


 
se observa la cama, el mobiliario original de San Martin el lavabo y hasta su bastón . Asimismo en la pared frontal se encuentra el cuadro de San Martin que durante algunos años se lo colgó en el despacho presidencial de la casa rosada, y actualmente ha vuelto a su lugar por ser patrimonio de dicho museo. Todo el conjunto se encuentra debidamente protegido en una habitación vidriada.
Asimismo a un costado en la pared lindante se ha colocado la puerta de entrada a la casa
de Boulogne Sur Mer. Con su timbre y golpeador , que ha pasado a formar parte del patrimonio del museo que guarda muchas pertenencias de San Martin como el sable corvo..

Desde de septiembre del 2015, el Museo Histórico Nacional exhibe al público el sable corvo del General San Martín con su dragona, o correa del arma, ya que fue  restaurada por los   textiles del organismo militar. Para llegar a la cámara donde se encuentra el sable corvo se
pasa primero por una cámara iluminada donde figura el acta de la independencia y un mural que muestra el frente original de la antigua casa de Tucumán. En el centro hay una urna con la llamada escribanía, donde se encuentran nada menos que los tinteros de Plata utilizados en el firma del acta de la independencia en el congreso de Tucumán, reunido el 9 de julio de 1816. Se muestra una bandeja lisa con borde floreado, con dos tinteros un portaplumas y una
campanilla. (Estos elementos fueron expuestos en la casa de Tucumán el día del bicentenario y devuelto al museo al día siguiente). Al pasar la cámara de los tinteros  hay un largo túnel oscuro conformado por una serie de vitrinas que muestran los distintos sables de nuestros patriotas y algunos casos también armas usadas en esa época, finalizando en la cámara donde luce iluminado el sable corvo del Libertados. La dragona hoy se ha colocado sobre una superficie plana para su mejor





conservación. Al acercarse al lugar se pueden distinguir los dorados hilos metálicos usados en su trenzado. La correa, que fue confeccionada con hilos metálicos, permanece en el Museo Histórico Nacional desde 1897, cuando fue donada a la institución por los descendientes de Juan Manuel de Rosas.

  El sable colocado sobre una vitrina especial es custodiado por dos granaderos conformando un cuadro vivo muy emotivo. Pasado el mediodía se suele hacer el cambio de guardia. 

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