CEFERINO NAMUNCURA
…Un beato ungido en santo por la
comunidad
En las falda del cordón montañoso de Pie de Palos, se
encuentra un santuario donde se han entronizados dos imágenes de Ceferino Namuncurá, que fue Beatificado por
el Vaticano, pero que el fervor popular lo llevo a convertirlo en Santo.
Especialmente en San Juan donde los estudiantes le rinden culto, porque es
considerado el santo de los estudiantes. Ciento de placas e inscripciones asi
lo atestiguan. El santuario se ha levantado al costado
de la boca de entrada de una vieja mina abandonada que está llena de leyendas y que perteneció a un laboreo minero de vieja tecnología. Los túneles se mantienen abiertos y tiene galerías en varias direcciones lo que constituye un atractivo mas para los visitantes. Pero quien es Ceferino y qué significado tiene para los Sanjuaninos-
Ceferino es el hijo
de un cacique Mapuche que quiso ser sacerdote y llegó a estudiar en Roma, donde
conoció al Papa Pío X. Hoy se lo venera en todo el norte de la Patagonia y año
tras año miles de peregrinos recorren los lugares donde transcurrió su vida y
descansan sus restos
Ceferino es para los Sanjuaninos el SANTO de los
estudiantes, y por lo tanto es de la devoción de los jóvenes. La elevación al
rango de
Beato del aborigen, Ceferino Namuncurá, despertó una pasión singular
en los sanjuaninos que se preparan para celebrar este acontecimiento de la
Iglesia Católica Argentina. Esa ceremonia, única en el país, será realizada
mañana desde las 10:30 horas en el pueblo donde nació este descendiente de
mapuche.
La fe en Ceferino no es nueva para los sanjuaninos. De hecho
la popularidad de la creencia en Namuncurá hizo que la gente lo
eleve al rango
de santo, sin contar con esa bendición papal. En San Juan, la influencia de los
salesianos, hizo que en varios lugares se lo venere y hasta exista un santuario
en su honor, en el departamento San Martín, a 22 kilómetros de la capital de
San Juan.
Pero conozcamos un poquito de su historia, según lo
descripto por la pagina de Patagonia.con
En la localidad de Chimpay, situada en pleno corazón del
Valle Medio
del Río Negro, nació, el 26 de agosto de 1886, Ceferino Namuncurá.
Era hijo del cacique indígena Manuel Namuncurá (heredero de Calfucurá, el
legendario jefe mapuche que resistió largamente a los blancos en su avanzada
hacia las tierras del sur) y de una cautiva, Rosario Burgos.
Estudió en un colegio de los Padres Salesianos y allí
descubrió su vocación: quería ser sacerdote para llevar a la gente de su raza
el
mensaje del Evangelio. Desde muy joven su salud no era muy buena, pero
comenzó sus estudios sacerdotales en Viedma. Allí lo descubrió Monseñor
Cagliero y decidió llevarlo a estudiar a Roma, creyendo que el cambio de clima
lo beneficiaría.
Una vez en Roma es recibido por el Papa Pío X frente al cual
pronuncia un breve discurso. Su salud continuaba desmejorando y finalmente, al
año de encontrarse en
Roma, fallece. Era el 11 de mayo de 1905 y todavía no
había cumplido los 19 años. Se dice que el Papa, entristecido, dijo: “Era una
bella esperanza para las misiones de la Patagonia, pero ahora será su más
válido protector”. Hoy en día este “indio santo” de la Patagonia se encuentra
en proceso de canonización.
Años después sus restos fueron trasladados a la localidad de
Pedro Luro, en la provincia de Buenos
Aires, en lo que fuera el Fortín
Mercedes, lugar histórico fundado por el General Juan Manuel de Rosas durante
su expedición al sur. Actualmente hay en el lugar una reconstrucción de un
fortín de la época que los visitantes pueden recorrer.
En Chimpay, su lugar de nacimiento, se conmemoran muy
especialmente las fechas de su muerte y nacimiento.
Esta última, en particular, da lugar a toda una semana de
festejos que culminan el domingo posterior al 26 de agosto con una tradicional
procesión, que llega hasta el Monumento a Ceferino. En este lugar hay un gran
parque junto a la ribera del río, que brinda la posibilidad de un tranquilo y
agradable descanso para el peregrino.
Para la polémica
La historia de Ceferino: ¿Fuerte pisotón para la
independencia de conciencia de los pueblos indios o reconocimiento definitivo
de su “humanidad”?
La vida de Ceferino transcurre durante los años de la
Campaña del Desierto, llevada a cabo por el General Roca para conquistar el
inmenso territorio del sur argentino, hasta ese momento habitado casi
exclusivamente por los indígenas.
Ceferino Namuncurá
Los salesianos establecieron un plan de dominación de los
pueblos indios que apuntaba a la conversión de los niños y los más jóvenes,
para llegar a través de ellos al sometimiento de los adultos o los mayores de
las tribus. Convertidos (o dominados), los indios, en particular los mapuches,
dejaban de ser una amenaza para sus intereses y los de los terratenientes y
militares de la época. El dominio de las tierras estaba garantizado a partir
del
de la conquista militar del General Roca. Misión cumplida.
Pero, veamos las cosas de otro modo
Los salesianos, al contrario de lo que ocurría con otras
corrientes dentro de la iglesia del momento, no establecieron un sistema de
dominio del indígena por la fuerza, obligándolos a trabajos forzados. Ellos
consideraban que la mejor y única forma de lograr la integración de los
indígenas al “nuevo mundo”, esto es el mundo de la civilización
del
conquistador, era a través de la educación. Su obra consistió fundamentalmente
en el establecimiento de colegios, tradicionales en la Patagonia por su
concepción tanto normativa como arquitectónica, destinados a formar a los niños
y jóvenes en las diversas ramas del conocimiento y también en la instrucción
religiosa, por supuesto. A estos colegios concurrían tanto los hijos de los
blancos como los de los indígenas. Así, los salesianos demostraban en la práctica que consideraban a los indios como sus hermanos, que tanto unos como otros debían recibir el mismo tratamiento, y que, también, tanto unos como otros podían llegar a ser santos. Ceferino fue la muestra de esto. De este modo, la obra de los salesianos puede incluirse dentro de un proyecto progresista, de superación de las desigualdades entre indios y blancos.
Pero no todo termina con la
entronización de la imagen de
CEFERINO, La instalación de un telescopio para mirar el límpido cielo
sanjuanino, es una feliz iniciativa para el turismo zonal de pie de palos. El
observatorio en ese punto de la provincia tuvo que ver con la idea de atraer el
turismo. Y fue una iniciativa que se llevó a puro pulmón. Fue la Municipalidad
de San Martín la que compró el aparato, que costó alrededor de 7.000 pesos, y
destinaron más de 50.000 pesos a la construcción del mirador, donde se
encuentra el telescopio. Quienes están al frente del lugar son dos empleados
del municipio, que fueron previamente capacitados para esta tarea.El telescopio
llama la atención ni bien se ingresa al predio, porque se encuentra en la cima
del mirador, a pocos metros de la imagen de Ceferino Namuncurá. Está abierto de
viernes a domingo, a partir de las 21, para todo público, y el resto de la
semana recibe a los contingentes escolares.
Lo cierto es que en medio del desértico cordón montañoso de
PIE DE PALOS se ha creado un espacio de veneración
de Ceferino, donde se concentran centenares de estudiantes y creyentes con
actitud de veneración y también un espacio de recreación. Los fogones
y las mesas debajo de la escasa sombra
de los chañares y algarrobos no constituye un impedimento para que las familias
Sanjuaninas usen el espacio como un sitio de esparcimiento y encuentro familiar…ARTURO
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