sábado, 23 de mayo de 2015

CEFERINO NAMUNCURA al Pie de Palos Pcia. SAN JUAN

CEFERINO NAMUNCURA …Un  beato ungido en santo por la comunidad


En las falda del cordón montañoso de Pie de Palos, se encuentra un santuario donde se han entronizados dos imágenes  de Ceferino Namuncurá, que fue Beatificado por el Vaticano, pero que el fervor popular lo llevo a convertirlo en Santo. Especialmente en San Juan donde los estudiantes le rinden culto, porque es considerado el santo de los estudiantes. Ciento de placas e inscripciones asi lo atestiguan. El santuario se ha levantado al costado

de la boca de entrada de una vieja mina abandonada que está llena de leyendas  y que perteneció a un laboreo minero de vieja tecnología. Los túneles se mantienen abiertos y tiene galerías en varias direcciones lo que constituye un atractivo mas para los visitantes.  Pero quien es Ceferino y qué significado tiene para los Sanjuaninos-


Ceferino es el hijo de un cacique Mapuche que quiso ser sacerdote y llegó a estudiar en Roma, donde conoció al Papa Pío X. Hoy se lo venera en todo el norte de la Patagonia y año tras año miles de peregrinos recorren los lugares donde transcurrió su vida y descansan sus restos
Ceferino es para los Sanjuaninos el SANTO de los estudiantes, y por lo tanto es de la devoción de los jóvenes. La elevación al rango de
Beato del aborigen, Ceferino Namuncurá, despertó una pasión singular en los sanjuaninos que se preparan para celebrar este acontecimiento de la Iglesia Católica Argentina. Esa ceremonia, única en el país, será realizada mañana desde las 10:30 horas en el pueblo donde nació este descendiente de mapuche.
La fe en Ceferino no es nueva para los sanjuaninos. De hecho la popularidad de la creencia en Namuncurá hizo que la gente lo
eleve al rango de santo, sin contar con esa bendición papal. En San Juan, la influencia de los salesianos, hizo que en varios lugares se lo venere y hasta exista un santuario en su honor, en el departamento San Martín, a 22 kilómetros de la capital de San Juan.
Pero conozcamos un poquito de su historia, según lo descripto por la pagina de Patagonia.con
En la localidad de Chimpay, situada en pleno corazón del Valle Medio
del Río Negro, nació, el 26 de agosto de 1886, Ceferino Namuncurá. Era hijo del cacique indígena Manuel Namuncurá (heredero de Calfucurá, el legendario jefe mapuche que resistió largamente a los blancos en su avanzada hacia las tierras del sur) y de una cautiva, Rosario Burgos.
Estudió en un colegio de los Padres Salesianos y allí descubrió su vocación: quería ser sacerdote para llevar a la gente de su raza el
mensaje del Evangelio. Desde muy joven su salud no era muy buena, pero comenzó sus estudios sacerdotales en Viedma. Allí lo descubrió Monseñor Cagliero y decidió llevarlo a estudiar a Roma, creyendo que el cambio de clima lo beneficiaría.
Una vez en Roma es recibido por el Papa Pío X frente al cual pronuncia un breve discurso. Su salud continuaba desmejorando y finalmente, al año de encontrarse en
Roma, fallece. Era el 11 de mayo de 1905 y todavía no había cumplido los 19 años. Se dice que el Papa, entristecido, dijo: “Era una bella esperanza para las misiones de la Patagonia, pero ahora será su más válido protector”. Hoy en día este “indio santo” de la Patagonia se encuentra en proceso de canonización.
Años después sus restos fueron trasladados a la localidad de Pedro Luro, en la provincia de Buenos
Aires, en lo que fuera el Fortín Mercedes, lugar histórico fundado por el General Juan Manuel de Rosas durante su expedición al sur. Actualmente hay en el lugar una reconstrucción de un fortín de la época que los visitantes pueden recorrer.
En Chimpay, su lugar de nacimiento, se conmemoran muy especialmente las fechas de su muerte y nacimiento.
Esta última, en particular, da lugar a toda una semana de festejos que culminan el domingo posterior al 26 de agosto con una tradicional procesión, que llega hasta el Monumento a Ceferino. En este lugar hay un gran parque junto a la ribera del río, que brinda la posibilidad de un tranquilo y agradable descanso para el peregrino.
Para la polémica
La historia de Ceferino: ¿Fuerte pisotón para la independencia de conciencia de los pueblos indios o reconocimiento definitivo de su “humanidad”?
La vida de Ceferino transcurre durante los años de la Campaña del Desierto, llevada a cabo por el General Roca para conquistar el inmenso territorio del sur argentino, hasta ese momento habitado casi exclusivamente por los indígenas.
Ceferino Namuncurá
Los salesianos establecieron un plan de dominación de los pueblos indios que apuntaba a la conversión de los niños y los más jóvenes, para llegar a través de ellos al sometimiento de los adultos o los mayores de las tribus. Convertidos (o dominados), los indios, en particular los mapuches, dejaban de ser una amenaza para sus intereses y los de los terratenientes y militares de la época. El dominio de las tierras estaba garantizado a partir del
dominio de las almas. En este contexto se produce la conversión de Ceferino y su posterior beatificación, ayudado por una muerte en plena juventud. Los indios ya tenían su santo y su mártir, y esto atrajo a los más reticentes a las iglesias de los salesianos e hizo que los hijos de la “gente de la tierra” inundaran los colegios “de curas” que poblaron esta zona de la Patagonia. Así se llevó a cabo esta otra conquista, paralela y contracara
de la conquista militar del General Roca. Misión cumplida.
Pero, veamos las cosas de otro modo
Los salesianos, al contrario de lo que ocurría con otras corrientes dentro de la iglesia del momento, no establecieron un sistema de dominio del indígena por la fuerza, obligándolos a trabajos forzados. Ellos consideraban que la mejor y única forma de lograr la integración de los indígenas al “nuevo mundo”, esto es el mundo de la civilización
del conquistador, era a través de la educación. Su obra consistió fundamentalmente en el establecimiento de colegios, tradicionales en la Patagonia por su concepción tanto normativa como arquitectónica, destinados a formar a los niños y jóvenes en las diversas ramas del conocimiento y también en la instrucción religiosa, por supuesto. A estos colegios concurrían tanto los hijos de los blancos como los de los indígenas.
Así, los salesianos demostraban en la práctica que consideraban a los indios como sus hermanos, que tanto unos como otros debían recibir el mismo tratamiento, y que, también, tanto unos como otros podían llegar a ser santos. Ceferino fue la muestra de esto. De este modo, la obra de los salesianos puede incluirse dentro de un proyecto progresista, de superación de las desigualdades entre indios y blancos.
Pero no todo termina con la
entronización de la imagen de CEFERINO, La instalación de un telescopio para mirar el límpido cielo sanjuanino, es una feliz iniciativa para el turismo zonal de pie de palos. El observatorio en ese punto de la provincia tuvo que ver con la idea de atraer el turismo. Y fue una iniciativa que se llevó a puro pulmón. Fue la Municipalidad de San Martín la que compró el aparato, que costó alrededor de 7.000 pesos, y destinaron más de 50.000 pesos a la construcción del mirador, donde se encuentra el telescopio. Quienes están al frente del lugar son dos empleados del municipio, que fueron previamente capacitados para esta tarea.El telescopio llama la atención ni bien se ingresa al predio, porque se encuentra en la cima del mirador, a pocos metros de la imagen de Ceferino Namuncurá. Está abierto de viernes a domingo, a partir de las 21, para todo público, y el resto de la semana recibe a los contingentes escolares.


Lo cierto es que en medio del desértico cordón montañoso de PIE DE PALOS  se ha creado un espacio de veneración de Ceferino, donde se concentran centenares de estudiantes y creyentes con actitud de veneración  y  también un espacio de recreación. Los fogones y las mesas  debajo de la escasa sombra de los chañares y algarrobos no constituye un impedimento para que las familias Sanjuaninas usen el espacio como un sitio de esparcimiento y encuentro familiar…ARTURO

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