domingo, 26 de marzo de 2023

Leyendas del número 4 romano IV

           

 CURIOCIDADES  DEL NÚMERO 4 ROMANO


Reloj de la torre monumental de Retiro. Bs.As.

De la visita a numerosos museos en argentina he observado una infinidad de relojes artísticos, herencia del mobiliario europeo que contenían las mansiones y palacios construidos por las familias acomodadas y también en algunos espacios públicos como la torre de los ingleses (torre monumental), los ferrocarriles y sus estaciones, o relojes públicos de las plazas o edificios que marcaban el tiempo en la ciudad.

                     Pieza del  Museo  Nacional Ferroviario de Buenos Aires

Casi todos tenían en común que estaban construidos no solo con un pedestal artístico, tenían también su esfera con números romanos, y aquí aparece una diferencia que dio origen a numerosas leyendas y conjeturas, Aquí vemos que el número 4, en la mayoría de los casos aparece escrito como IIII y no como hemos aprendido  a escribirlo desde chico como  IV

                    Relojes origen británico  de uso en Ferrocarriles Argentino. Muestra Museo MNF

De acuerdo con los que pude investigar en numerosos artículos vemos que el sistema de numeración romano, ha sido derivado del que empleaban los etruscos, y el mismo se sustentaba en el método aditivo, es decir I más I eran II, y II más II eran IIII. Con los años se cambió la formación de los números mediante el sistema sustractivo con lo cual en lugar dos más dos, al número mayor se antepone e número que resta, por lo tanto el número 4 se escribe 5 menos 1 o sea V menos I con lo cual queda expresado el número 4 como IV

                                        Reloj  ingles de la antesala del Palacio Balcarse

Tras la pregunta porque se siguieron durante muchos años utilizando IIII en lugar de IV, surgieron distintas explicaciones y relatos fundamentados con diversas historias que dieron origen a muchas leyendas, quizás como todas tienen un enfoque distinto con fundamentos históricos, estéticos, constructivos etc., la verdad este sustentada un poco en cada una de ellas.


                                             Reloj del museo de Gaiman . Chubut

Una de las historias relacionada con un monarca explica que, en el año 1370, el relojero Henry de Vick recibió el encargo de realizar un reloj que se colocaría en la torre del Palacio Real de Francia. El rey Carlos V de Francia recriminó al artesano el haber representado el número 4 como IV. El relojero señaló que era así como se escribía, por lo cual  Carlos V apodado nada menos como el sabio, respondió furioso por la observación diciéndole “El Rey nunca se equivoca”. Por lo tanto, se debió continuar con el uso del IIII. De todos modos, el reloj fabricado por de Vick continúa colocado allí.

  Reloj monumental colocado en el vicentenario sobre arco de union de los edificios Casa Rosada 

En otro relato donde se implica a la monarquía se cuenta una historia al revés, la cual  dice  que un relojero suizo confeccionó un reloj encargado por su soberano, n la equivocación de representar el número 4 como IIII y no IV. El rey indignado por el error mandó ejecutar al artesano y, como protesta ante tal hecho y en homenaje al relojero sentenciado, todos los relojeros  de profesión decidieron utilizar el IIII en vez de IV, como símbolo también de resistencia.




Por la información del Instituto Británico de Relojería, sostiene sus orígenes en razones técnicas y  estéticas. Los cuatro caracteres que tiene el número cuatro IIII crean una simetría visual con su opuesto en la esfera VIII, también de cuatro dígitos, que el IV no consigue e incluso crea cierta confusión visual con el número seis, VI.


     Reloj combinado de esfera zodiacal y numeros romanicos. en pleno centro porteño. Ref, infobae

Otras leyendas sostienen que se mantuvo el número IIII por superstición. Se decía que el IV coincide con las dos primeras letras de Júpiter IVPITER, el dios supremos de la mitología romana, de la justicia, del cielo luminoso, de las tormentas y del rayo., y por tanto su uso para denominar a un número  se consideraba ofensivo, blasfemo, y no conveniente.

ARTURO

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