domingo, 24 de agosto de 2014

OBSERVATORIO PIERRE AUGER, De Malargue al mundo

EL OBSERVATORIO PIERRE AUGER. La aventura científica para conocer el cosmo
Sala de control del Observatorio, tan moderna como todo su equipamiento científico

El cosmos nos bombardea desde el espacio infinito, mandando señales que debemos interpretar para conocer el origen de la creación del universo. Malargue, es el escenario de observación, pasando de un pueblo de campo de cría de chivatos, a una ciudad de ciencia, de Doctorados y Tesinas….
Quizá pocos saben que hay algo en el cosmos que está lanzando partículas que llegan constantemente a la Tierra. Visitamos el Observatorio Pierre Auger para averiguar más.
El Observatorio Pierre Auger, ubicado en la ciudad de Malargüe, en región patagónica de Mendoza, se busca el origen de los llamados “rayos cósmicos” para dar otro paso en la comprensión del universo. Los turistas que se acercan a este querido pueblo petrolero tienen la oportunidad de realizar una entretenida visita al observatorio para así descubrir de qué se trata este importante proyecto, del cual
participan 17 países y en el que colaboran cerca de  500 científicos.
Este emprendimiento es el más grande del mundo en su tipo, ya que hay detectores de rayos cósmicos diseminados a través de 3.000 kilómetros cuadrados en los campos vecinos a la ciudad para poder realizar un análisis de estas extrañas partículas que llegan a nuestro planeta. Para tener en cuenta la magnitud de la extensión del campo exploratorio, resalto que ocupa una superficie donde cabe 16 veces la Ciudad de Buenos Aires (CABA). Desde el edificio ubicado en Malargüe, se hace el seguimiento de
las partículas, donde posteriormente se analizan.
La historia de la investigación de los rayos cósmicos es un relato romántico de la aventura científica. Durante tres cuartos de siglo, investigadores de rayos cósmicos han escalado montañas, flotado sobre globos de aire caliente y viajado a los rincones más remotos del planeta en su pesquisa por entender estas partículas que se mueven velozmente desde el espacio.
El proyecto Pierre Auger continúa esta tradición, pues busca la fuente desconocida de los rayos cósmicos de la más alta energía hasta ahora observados.
La razón por la que el observatorio se encuentra en Malargüe no es casual. El aire puro de la cordillera, una superficie plana de 3.000 km2 ubicada entre los 1.200 y los 1.400 m.s.n.m. y los 35º de latitud Sur donde se encuentra, fueron los factores determinantes para que se desarrollara aquí. Era el lugar del planeta mas adecuado y asi lo eligieron los científicos que hoy llegan al lejano oeste para encontrarse en el Observatorio Pierre Auger, de Mendoza Argentina.
El Observatorio Pierre Auger está emplazado en el hemisferio sur, en
los departamentos de Malargüe y San Rafael, provincia de Mendoza. Tanto el petróleo como el desarrollo de este importante laboratorio espacial internacional ayudaron al desarrollo de este pueblo que ya paso a convertirse en ciudad, con hotelería y cabañas de primer nivel, con movimiento internacional.

El Observatorio se inició con la colocación de 1600 detectores de superficie, distanciados a 1,5 km entre sí y cubriendo una superficie total de 3000 km2. Éstos se complementan con un conjunto de 24 telescopios de fluorescencia de alta sensibilidad.
que en las noches despejadas y sin luna observan la atmósfera para detectar la tenue luz ultravioleta que producen las cascadas de rayos cósmicos al atravesar el aire.
Alrededor de 500 científicos de casi 100 instituciones de 18 países participan en este desafío científico. Los países participantes son: Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Croacia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumania y Vietnam.

Datos Técnicos de la información oficial del Observatorio.-
Objetivo: determinar la naturaleza, energía y lugar de origen de los rayos cósmicos con energías superiores a los 1018 eV,  que nos permitirá conocer  mejor el universo que nos rodea.
Tipo de observatorio: “híbrido”, consiste en un arreglo de detectores de superficie y un sistema de telescopios de fluorescencia atmosférica para la observación de cascadas de partículas secundarias.
Estadística: Unos 30 eventos por año con energías a 1020 eV; determinar
su valor es uno de los principales objetivos de este observatorio.
Sitio de emplazamiento: Malargüe y San Rafael, Mendoza, Argentina.
Detectores de superficie:
Área cubierta: 3000 km2.
Cantidad de detectores: 1600.
Distancia entre detectores: 1,5 km.
Tipo de detectores: Cherenkov, con 12000 litros de agua purificada y 3 tubos fotomultiplicadores cada uno.
Telescopios de fluorescencia:
Cantidad de telescopios: 24, distribuidos en 4 edificios.
Alcance: mayor a 30 km para lluvias de 1020 eV.
Espejos: superficie esférica de 3,6 m
x 3,6 m con 30º x 30º de apertura
Cámaras: cada una con 440 fotomultiplicadores.
En la actualidad se está construyendo un observatorio gemelo en el hemisferio Norte (concretamente, en Lamar, estado de Colorado, Estados Unidos) para así tener la totalidad del cielo cubierta para detectar la lluvia de rayos.
Cada sitio tendrá una red de 1.600 detectores, distanciados a 1,5 kilómetros entre sí y cubriendo una superficie total de 3.000 km2. La red de detectores de superficie se complementa con un conjunto de telescopios de alta sensibilidad, que
en las noches despejadas sin luna examina la atmósfera para observar la tenue luz ultravioleta que producen las cascadas de rayos cósmicos al atravesar el aire. El Observatorio Pierre Auger ya se encuentra en la plenitud de su tarea y en ese sentido, ha dado muestras con los aportes científicos que están revolucionando la física cósmica.
Gracias a este desarrollo, se ha realizado por primera vez astronomía de partículas.
A continuación, se pone a disposición del lector una guía de preguntas suministrada por el observatorio para responder algunos
de los interrogantes más comunes y despertar otros. Con solo el paso por Malargüe, no se debe dejar de visitar el Observatorio Pierre Auger,  que es un verdadero experimento internacional para el estudio del cosmos y sus energías más elevadas.
Los rayos cósmicos son partículas que llegan desde el espacio y bombardean constantemente la Tierra desde todas direcciones. La mayoría de estas partículas son núcleos de átomos o electrones. Algunas de ellas son más energéticas que cualquier otra partícula observada en la naturaleza. Los rayos cósmicos ultra-energéticos viajan a 


una  
una velocidad cercana a la de la luz y tienen cientos de millones de veces más energía que las partículas producidas por cualquier acelerador en el mundo.

¿De donde provienen los rayos cósmicos ultra-energéticos?
Nadie conoce las fuentes de los rayos cósmicos ultra-energéticos. La mayoría de las partículas de rayos cósmicos de baja energía que llegan a la Tierra provienen de algún sitio dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Muchos provienen de la explosión de estrellas llamadas supernovas. 

                                                                                                          Sin embargo, la mayoría
de las partículas de rayos cósmicos ultra-energéticos probablemente provengan de fuentes fuera de la vía Láctea. No se conoce ninguna fuente en el cosmos que pueda producir partículas con estas energías, ni siquiera en las más violentas explosiones de estrellas.

De dónde provengan las partículas de alta energía, mantiene secretos respecto de la evolución y posiblemente del origen del universo debido al misterio de su enorme energía, millones de veces mayor de lo que cualquier acelerador terrestre de partículas pueda producir.
¿Cómo se puede estudiar los rayos cósmicos de ultra-energía?
Los rayos cósmicos pueden ser detectados indirectamente en la superficie de la Tierra observando cascadas de partículas que se producen en el aire. Una cascada ocurre cuando una partícula de alta velocidad choca con una molécula de aire. Fragmentos de esta colisión a su vez chocan con otras moléculas de aire en una lluvia que continúa hasta que la energía de la partícula original se encuentra distribuida entre millones de partículas cayendo sobre la tierra.
Midiendo estas cascadas, las
propiedades de la partícula o rayo cósmico original pueden ser estudiadas por los científicos.

El Observatorio Pierre Auger
Para resolver el misterio de los rayos cósmicos ultra-energéticos, el Observatorio Pierre Auger medirá las cascadas de partículas que se producen cada vez que un rayo cósmico choca contra las moléculas de la atmósfera superior. Así se determinará la energía, dirección de llegada y la naturaleza de los rayos cósmicos de las más altas energías observables.
Fuente consultada: www.auger.org.ar y guías del observatorio.

Gigantesco Amonite petrificado, en el camino a Malargue.

Nota sobre_ El cielo de Malargüe Pablo Donadio
A cien años del descubrimiento de los rayos cósmicos, base de la moderna física de astro partículas, el Planetario Malargüe avanza en la generación del primer show para domos realizado en la región. El circuito turístico-científico se completa con el Observatorio Pierre Auger, una moderna antena espacial y el Centro de Estudios sobre la Tierra, que trabaja sobre los pliegues de la cordillera andina.
 Al mirar las estrellas, cabe preguntarse cómo comenzó el Universo. El cielo profundo remite a
los inicios de la vida: allí están las respuestas por las que el hombre espera y desespera, aunque los avances tecnológicos van entregando pistas sobre esos misterios y las ponen al servicio (y al asombro) de todos. Una sola tarde en el Planetario Malargüe, uno de los complejos más modernos de la región, alcanza para entender los motivos por los que interesa el conocimiento del Universo y dónde se para el hombre frente a tantos interrogantes. Con vistas a un mayor desarrollo, junto con otros escenarios de divulgación científica, Malargüe comenzó un proyecto para ampliar su Museo de
Ciencia interactivo y producir sus propios documentales espaciales. De este modo se transformo en el primer organismo de lengua castellana en realizar sus propios shows para domo, con un modelo inicial de audiovisual enfocado a los rayos cósmicos, de los que la región sabe bastante.
El interior del Planetario, con algunas imágenes de los planetas, las estrellas y el cosmos.

CIELO ESTRELLADO Producto de su privilegiada geografía y de la pasión de algunos profesionales, el departamento del sur mendocino
ofrece mucho más que nieve invernal y salidas eco turísticas: así fue consolidando en los últimos años su circuito de turismo científico. “El objetivo principal es el diseño de shows propios, empezando por uno de los más ambiciosos estudios científicos en materia de astrofísica y física de partículas: los rayos cósmicos. Estas partículas de muy alta energía, analizadas en el Observatorio Pierre Auger, el mayor en su tipo a nivel mundial, son motivo de trabajo desde hace años en nuestra ciudad”, asegura Fabiana González, responsable del Planetario.
Punto de referencia de turistas, colegios de la provincia y el ambiente científico, su tecnología de última generación convirtió al complejo en uno de los atractivos centrales de la ciudad. Los visitantes son recibidos en un predio que conecta varios edificios por medio de peatonales organizadas, para llevar hacia distintos relojes de sol. Un placa de mármol egipcio rectangular orientada al norte, a través del cual se marca la hora, da la bienvenida al Reloj Vertical, que indica además los equinoccios y solsticios de invierno y verano. Otro Reloj Ecuatorial está construido a
unos metros en piedra monolítica, y allí el Sol en su aparente movimiento gira sobre esa línea y recorre una banda metálica con números romanos donde quedan señaladas horas y minutos. Finalmente el Reloj Analemático, ( El reloj analemático es un tipo de reloj solar . Suele estar diseñado en una superficie horizontal y la escala horaria se ubica en el perímetro de una elipse. Este reloj, diseñado por primera vez en el siglo XVII, se diferencia de los habituales en que no emplea la proyección gnomónica. El trazado de este tipo de relojes se fundamenta en la
proyección ortográfica de los círculos de la esfera celeste. Poseen como característica que el gnomon vertical debe ajustarse a la fecha de lectura. La denominación analema en la denominación de este reloj es origen de confusión hoy en día con el analema celeste y resulta ciertamente problemático. El reloj de este tipo posee diversos usos fuera de la medida del tiempo, siendo un instrumento capaz de proporcionar orientación.)  que marca el meridiano de Malargüe, posee en un extremo dos plantillas del tamaño de un calzado 40, donde hay que ubicar lo pies para que la sombra proyectada por la cabeza sobre una elipse metálica marque la hora correspondiente. ( En otras palabra el Analema es un procedimiento geométrico para el trazado de las líneas horarias y de las curvas de insolación diurna de los relojes solares. Técnicamente es un procedimiento para realizar una proyección gnomónica de los círculos mayores y menores de la esfera celeste.)

Así, la estrella más importante es protagonista de la primera mirada al planetario, que continúa después con los telescopios, increíbles lupas que permiten ver Marte, Júpiter y la Luna con sus detalles y marcas en tiempo real.
Pero la atracción central está en el domo, ubicado bajo una enorme pirámide de paneles azules que albergan también las oficinas de programación, la sala de conferencias, baños, buffet y un sector de “merchandising espacial”. Allí se presentan ocho shows con distintas temáticas sobre el Universo,
generalmente en combinación con una visita guiada por el Museo de Ciencia interactivo, para ver y tocar los aparatos. Los espectáculos se dan en una sala redonda con 65 butacas como las de un cine, pero con una cúpula de aluminio microperforado de 360 grados, que se transforma en la gran ventana al Universo. En pocos segundos se está plenamente sumergido en una burbuja espacial que recorre galaxias e interpreta la excitante vida de los astronautas, recreando el movimiento de los objetos desde una nave y compartiendo enigmas que llegan desde lo profundo del cosmos. Las
imágenes simulan crepúsculos, centelleos, eclipses, meteoritos y lluvia de estrellas, desandando el camino que, se cree, dio vida a nuestro planeta, al sistema solar y a las múltiples galaxias conocidas.     En simultáneo, un relator acompaña el fascinante camino espacial, con preguntas y respuestas, apelando al conocimiento de los participantes. EL PLANETARIO que ya esta en funcionamiento es sin duda el complemento ideal de esta aventura del conocimiento científico a nivel comunitario. Dice su director “Estamos entusiasmados porque desde la técnica audiovisual
podremos ofrecer mejores obras, sobre todo enfocadas a la física de partículas, y dar participación a ciencias como la astronomía, la paleontología, arqueología, ciencias de la Tierra y antropología con un relato en nuestro idioma”,.El primer audiovisual de rayos cósmicos abrió las puertas a diversas técnicas de generación de imágenes de animación 2D y 3D, fotografía y video panorámicos, introduciendo nuevas herramientas como el navegador de cielos digital y la alteración de la imagen plana. Tecnologia de punta al servicio del entretenimiento, la divulgación
científica y la capacitación técnica. El PLANETARIO DE MALARGUE posee el sistema Digital Sky 2, utilizado por el complejo, posee dos características destacables: primeramente es posible proyectar digitalmente funciones a domo completo con espectaculares visualizaciones que cubren todo el campo visual, dando la sensación de inmersión y, por otro lado, tener un sistema de interacción en tiempo real, capaz de recrear el cielo a voluntad.
Se puede recorrer las vistas de la galaxia, objetos destacados, cúmulos y súpercúmulos de galaxias, entre

otros. Las vistas en tres dimensiones hacen que el espectador quede inmerso en el recorrido, moviéndose entre las galaxias, donde los efectos visuales crean una sensación de alta velocidad. La capacidad de proyección en todo el domo hace de la experiencia algo totalmente destacable.

El Centro de Estudios sobre la Tierra, a pasos de la pirámide central del Planetario.
EL AMBITO PERFECTO La visita no concluye en el Planetario. La cortina cordillerana que protege la ciudad, que ya comienza a vestirse de blanco, no es sólo una referencia paisajística en Malargüe. En el mismo predio del Planetario, el Centro Internacional de Estudios de la Tierra (ICES) se instala como organismo de investigación y trabajo interdisciplinario para doctorados y tesinas.
Día a día se reúnen allí todas las especialidades que tienen que ver con las Ciencias de la Tierra, gracias a una eficiente y moderna red de comunicaciones locales. Además de
estudiar la cordillera andina, el ICES es referente en materia de observaciones de geoquímica y acústica en las cadenas montañosas de América, Europa y Asia.
Alejada un poco del casco urbano y camino de su reserva natural Payunia, otra protagonista central del avance científico es la antena DS3. Con sus 35 metros de diámetro, 40 de altura y 60 toneladas de peso, es parte de la red europea Estrack, que se utiliza para comunicarse con naves robot enviadas al espacio. Dirigida por la Agencia Espacial Europea, trabajará con las misiones espaciales Gaia y ExoMars para
obtener más información sobre el fascinante planeta rojo.
Finalmente, el lugar que no hay que dejar de conocer es el Observatorio Pierre Auger, pionero en la circulación del conocimiento científico. Se trata de un centro de investigación en el que han intervenido más de 350 científicos (en su mayoría físicos) en representación de 80 instituciones de 19 países. Todos sus conocimientos se vuelcan sobre los 3 mil kilómetros cuadrados de superficie que comprende la gran planicie precordillerana en estudio, bajo uno de los cielos más limpios del planeta. La actividad se da en las afueras, exactamente al descubierto: Malargüe es el complemento de otro observatorio ubicado en Estados Unidos, que cuenta también con condiciones naturales y científicas ideales para captar la caída de algunos de los mil rayos que se registran en cada metro cuadrado del planeta. Las maquinarias del Pierre Auger cubren la superficie con una red de 1600 detectores en forma de tanques y cuatro telescopios de espejo, a los que se sumarán pronto la recepción de partículas de energía por medio de microondas y antenas radiales. Una vez recogidos los datos allí y en su par estadounidense, se cruzan y analizan los resultados de esas pequeñas partículas que incesantemente llegan a la Tierra en forma de energía. Allí puede haber algunas respuestas interesantes sobre los misterios más sorprendentes de la vida.

En el observatorio de Malargue  Pierre Auger , se ha permitido participar de su aventura científica y abre el espacio de observación para que los curiosos, lo entendidos y los ciudadanos comunes puedan conocer y participar de un proyecto científicamente importante para el futuro de humanidad. Visitar este lugar es una experiencia única e inolvidable…………………ARTURO

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