MUSEOS DE COLONIA DEL
SACRAMENTO. Un magico encuentro con la historia
Toda la ciudad histórica constituye un museo al aire libre, que se
completa con 8 museos de distinta naturaleza que guardan algunos tesoros de
aquella época. He aquí una presentación general de dichos museos. Es una forma
de sacar a la luz parte de los tesoros que todavía conserva Colonia de
Sacramento. Y que se pueden visitar
cuando se transita por sus calles empedradas al visitar la ciudad. Y este
tesoro que contienen sus museos,
permiten al visitante
adentrarse en la historia del lugar, así como
también en las poblaciones que la habitaron desde sus años fundacionales. Los museos de Colonia del Sacramento se pueden visitar adquiriendo un boleto único en
el museo municipal. Un folleto que circula de mano en mano entre los visitantes
da cuenta de la existencia de ocho museos distribuidos por las calles de la
vieja pero siempre radiante Colonia del Sacramento. Un mapa los ubica, pero
basta con caminar un rato para darnos cuenta de que la ciudad no es tan grande
y que sin quererlo van apareciendo a nuestro paso. De acuerdo al interés y al
gusto de cada visitante depende que entremos o no.
El recorrido puede comenzar por el Museo del Período Histórico Portugués: una construcción portuguesa
del siglo XVIII guarda en su interior un viejo escudo de Portugal que
constituye una verdadera reliquia y que se encuentra muy bien presentado en un
sitio destacado del museo, con una iluminación especial. Muebles, armamento y
reproducciones de objetos de época y mapas cartográficos podemos encontrar en
este museo. Me impresiono el mobiliario de los virreyes de la colonia, que luce
impecable como si el tiempo no hubiese
pasado. Uno de los lugares de gran
importancia que debes visitar cuando te encuentres de visita por la ciudad de
Colonia en Uruguay es el Museo Portugués. Su importancia radica en la fuerte
influencia que haya ejercido ésta cultura al desarrollo de la cultura
coloniense que se conoce en la actualidad. Él lugar nos recibe ante una casa
con fachada de piedra, con una puerta pequeña junto a la cual reposa un árbol
de flores moradas en algunas épocas del año, pero que siempre busca dar sombra.
El lugar es un pequeño desde que lo vislumbras antes de entrar. Lo ubicarás cuando te encuentres en la Plaza Mayor, y su construcción tiene una antigüedad que proviene de los años de 1700, manteniéndose en buen estado hasta la actualidad. Aquí podrás observar la arquitectura que se desarrolla entre mediaguas de madera, tabiques y pisos originales empedrados. Acervo del Museo Portugués, La exposición que se almacena en el lugar consta de piezas pertenecientes al Ejercito Portugués, como lo son indumentarias empleadas en guerra o para galas, así como insignias y botones honoríficos. Estandartes y miniaturas en bronce también pueden ser apreciadas como parte de la colección.Otras piezas elaboradas en la época portuguesa también resaltan por su gran belleza en tallado y pintura con detalles minuciosos, muy hermosa. No se puede dejar de visitar el Museo Portugués, forma una parte importante dentro del recorrido cultural de los museos en tu visita por Colonia en Uruguay. Aunque algunos visitantes como parte final del recorrido, es importante porque no hay que olvidar que esta ciudad amurallada fue la única ciudad Portuguesa del rio de la Plata.
He tomado aquí algunas descripciones muy bien lograda por
Alberto Tito Pintos un historiador y guía turístico profesional de
Colonia. Al respecto no cuenta que Una
de las reliquias genuinas de la antigua Colonia, llamada " Casa de Jean
Beaudrix " antiguo capitán de caballería portugués y también "Casa de
Ríos ",
actualmente ocupada por el museo portugués, es único en todo el
Uruguay. Es el recinto ideal como aposento de este museo. Una parte de su
construcción data de los años 1717 mientras que la otra de 1722. Estupendo
exponente de la arquitectura portuguesa, construida en dos niveles aprovechando
la caída natural del terreno, con comunicación a dos calles; la entrada
principal está ubicada frente a la Plaza Mayor lo que constituye la planta baja
y la otra frente a la calle de San Pedro
de Alcántaras cuya planta baja se accede bajando un piso. El sitio fue donado al estado por Exilda Criado Pérez, habiendo pertenecido a su hermana Teresa. Esta y otra casa, son las dos únicas propiedades con techo a cuatro aguas de estilo portugués en toda la ciudad. La sala de entrada tiene también el cielorraso a cuatro aguas en madera artesanada muy similar al que se encuentra en la Casa de Nacarello. Este conjunto de reliquias facilita la reconstrucción de aquel periodo militar que dejó ricos trazos de cultura popular desde la fundación de la Colonia hasta nuestros días. Conserva los pisos originales, así como la mayor parte de sus paredes interiores construidas con tabiques de madera, rellenos de teja partida y piedra asentadas en adobe, denominados " De San Andrés". Los techos son de teja y adobe y están restaurados con fidelidad obteniéndose magníficos resultados. El mobiliario es una importante donación del gobierno de Portugal. La majestuosa casona concita el interés de los visitantes, trasmitiendo un profundo equilibrio y una acentuada expresión de vida. La llamada Sala de Reyes imanta con sus mayólicas perfectamente realzadas con trabajos de ambientación. Azulejos de la fábrica de Santa Ana en Lisboa, representando a los monarcas portugueses que reinaron en la época, sobresalen a la vista de los visitantes. Todo en esta casa resume historia; la Sala de los Gobernadores, con sus estandartes y azulejos, los uniformes del Regimiento de Dragones de 1772, una valiosa serie de armas de fabricación inglesa que utilizaron las fuerzas portuguesas en las guerras por la tenencia de la Colonia, estandartes de guerra, miniaturas de bronce y escudos policromados, piezas de cerámica populares; en definitiva para tener una cita con la historia de colonia hay que pasar por esta casa.
El Museo Casa
Nacarello es también una vieja casa portuguesa que conserva en perfecto
estado sus paredes de piedra y el piso, tal como se construían a principios del
siglo XVII. A estas construcciones portuguesas, como ocurre también con el
Museo Municipal Dr. Bautista Rebuffo, llegó también la influencia española, que
en general se dio con la incorporación de tejas, terrazas y distintos tipos de
cielorraso.
Dentro de un viejo arcón .Como si la idea del recorrido
fuera seguir abriendo los recuerdos de
Museo Municipal.
Bajo mandos portugueses era una de las
llamadas "Casa Dos Secretarios", junto a la Casa del Virrey, (estos
secretarios eran las autoridades civiles de la Colonia). Hoy es denominada Casa
del Almirante Brown y allí funciona el Museo Municipal. Este nombre se debe a
que nuestro gobierno se la entrega como recompensa a Brown, por medio de un
documento del 17 de octubre de 1833, en honor a la labor presentada junto a
Artigas en la Campana Libertadora Oriental. Esta histórica casa había
pertenecido
al Gobernador de Colonia, Don Francisco Albín, comandante del
Partido de las Víboras y del Espinillo, a quien le había sido adjudicada en
1793 por el Virrey español Nicolás de Arredondo. Esta ubicada frente a la
"Plaza Mayor". "Viviendas de Azotea" era el nombre con que
apodaban a la parte superior o piso alto. Las habitaciones inferiores eran
llamadas "Sobrados de Abajo". La fachada tiene en los extremos dos
pilastras de talla de piedra arenisca y la planta consta de amplios salones,
limitados con muros portugueses de 80 centímetros de espesor. La planta alta tiene una terraza donde desciende una escalera en ángulo, con escalones monolíticos de granito gris. Los techos, la azotea los pisos están hechos de baldosas cocidas y el entrepiso de madera dura.
El museo fue inaugurado el 25 de agosto de 1951. Allí se
encuentran reliquias de inestimable valor las que demuestran el grado de
cultura alcanzado por nuestros indígenas. Entre los materiales conservados se
destacan morteros, alfarería, boleadoras,
puntas de flecha, rompe cabezas;
contando además con trabajos pertenecientes a indios del norte argentino y de
México.
Muestras de animales que conformaban el hábitat del
indígena; cerámicas, una sección paleontológica y una selecta exposición de
armamento de los militares de nuestro pasado, son unos de los atractivos más
fuertes del museo. También allí, están los primeros programas de las corridas
realizadas en la monumental Plaza de Toros del Real de San Carlos. El museo en
sí no tiene un objetivo principal
definido, ya que en él, además de las
innumerables muestras que destacamos, aparece una colección de pájaros
embalsamados, otra de vinchucas y mariposas; sin dejar de lado los mapas y
opulentos abanicos de la época. En la sala paleontológica, existe una coraza de
Gliptodonte y un esqueleto de Lestodonte encontrados en la zona. Su interior es
sugestivo y embellecido por una fina decoración. La visita al Museo Municipal
se torna impredecible, pues nos llama a encontrarnos con huellas de un pasado
imborrable de este rincón rioplatense.
El Museo Indígena
Roberto Banchero permite, en cambio, apreciar las huellas que dejaron en
toda la región las culturas indígenas antes de la llegada de los conquistadores
europeos. Se destacan aquí boleadoras, puntas de flecha, morteros y algunas
cerámicas que eran moldeadas por los pueblos originarios de estos sitios.Años
más tarde, en 1777, comenzaron a poblar el área las primeras familias
españolas. Esto se puede apreciar puertas adentro del Museo del Período
Histórico Español, que se ubica en una vieja casona portuguesa del siglo XVII.
El Museo del Azulejo Pero si existe un museo que sorprende por
lo pintoresco y por lo agradable a los ojos, ese es el Museo del Azulejo. Frente
al Río de la Plata, sobre el Paseo de San Gabriel, una pequeña casa de piedra y
techos bajos esconde un verdadero tesoro que atrae a todas las generaciones que
pasan por el lugar y que entran a ver de qué se trata. De colores blanco,
celeste y azul en su gran mayoría, la enorme variedad de azulejos que allí se
exhiben permiten entender la inmigración que recibió la pequeña ciudad de
Colonia del Sacramento a lo largo de los siglos desde su primera fundación
portuguesa.
Donde se unen el Paseo de San Gabriel y la Calle de Las
Misiones de los Tapes, se encuentra un rancho portugués con más de trescientos
años de vida en el cual el tiempo no ha desgastado sus formas y sus enmohecidas
tejas. Una impresionante colección de azulejos, se encuentra allí, donde se
destacan los primeros hechos en el Uruguay en el año 1840, junto con otros de
origen francés y catalán. El mismo fue inaugurado en 1988. Se conservan
originales, gran parte de los pisos y paredes. Su restauración fue una
inversión cultural realizada por el Citibank, que ha contribuido con una
perfecta fusión entre la masa arquitectónica y la naturaleza, confiriéndole una
particular armonía a su fachada y entorno.
Un pequeño letrero
nos indica origen árabe de la palabra azulejos (palabra que proviene
del vocablo árabe az- zulaiy, "el ladrillo") fueron creados por las
antiguas civilizaciones mesopotámicas y adoptados por todos los pueblos dada la
simpleza de la tecnología necesaria para su fabricación y la versatilidad de su
empleo. La materia prima que se requiere para su fabricación, la arcilla, se
encuentra en todas las regiones del planeta. Sobre una pieza de barro cocido se
coloca una solución a base de óxido de distintos minerales que por acción del
fuego se vitrifican creando una superficie impermeable y decorativa. Si bien
las primeras cerámicas llegaron de España, con el correr de los años y el
cambio de estilos y modas varió la procedencia de estos incomparables elementos
usados en las casas colonienses. Gran variedad de estos azulejos podrán verse
en esta ciudad y su Museo del Azulejo desde los más viejos del siglo XVIII
pasando por los provenientes de Pas de Calais, los llamados napolitanos,
aquellos que a principios del siglo pasado siguieron la influencia del art
nouveau y sus sucesores que vistieron, todos ellos en la ciudad con su
maravilloso colorido.
Jorge Paéz Vilaró
fue uno de los moradores del museo que donó parte de su colección, entre la que
se destacan azulejos franceses, españoles y portugueses de los siglos XVII y
XVIII. Este bello museo que no puede dejar de visitarse y que resulta el
preferido de los más chicos y de las escuelas de Uruguay fue inaugurado en el
año 1988 y hoy lleva más de veinte años invitando a entender el origen de los
azulejos blanqui-azulados que indican lugares y calles
Finalmente hay muchos restaurantes y cervecería, pero hay
tres lugares como ampliamente reconocidos por turistas y vecinos del lugar, uno
es La Florida que solo abre a medio dia, pero tiene un chef de alta gama que
prepara exquisiteces, Este lugar queda en la calle Lobos pegado al porton de
ingreso al centro histórico de la ciudad. y por supuesto como parrilla popular
podemos mencionar el PORTON en el centro comercial, es el lugar tradicional de
encuentro de
los lugareños, amigos, mates, música y millones de anécdotas. La
tradicional Parrillada El Portón abre sus puertas por primera vez el 14 enero
del 1984 en Colonia del Sacramento. Así se inaugura un clásico de la ciudad en
Av. General Flores 333, a 50 metros de la Plaza 25 de Agosto, donde
generaciones se reúnen todavía para compartir en familia deliciosos platos de
parrilla y otras especialidades. Finalmente Marlo es la combinación perfecta para los
amantes de la carne que están buscando cálida ambientación y buena relación entre precio y calidad. El local parece algo oscuro pero sus mesas iluminadas le dan un toque tenue y romántico al lugar donde la atención y el servicio son rápidos y considerados. Los platos fuertes de la casa son la parrilla, los chivitos y algunos pescados como la merluza. También hay que destacar una extensa cava de singulares vinos. Marlo se encuentra en la calle Del Comercio 168 en Colonia del Sacramento, un calle angosta y transitada, que tiene mesas al aire libre del local.
y por supuesto como parrilla popular podemos mencionar el
PORTON en el centro comercial, es el lugar tradicional de encuentro de los
lugareños, amigos, mates, música y millones de anécdotas. La tradicional
Parrillada El Portón abre sus puertas por primera vez el 14 enero del 1984 en
Colonia del Sacramento. Así se inaugura un clásico de la ciudad en Av. General
Flores 333, a 50 metros de la Plaza 25 de Agosto, donde generaciones se reúnen
todavía para compartir en familia deliciosos platos de parrilla y otras
especialidades. Hoy Colonia del Sacramento es una extensión del turismo
Porteño, un lugar para el encuentro con la historia, la gastronomía más
exigente, y con una hotelería que satisface todas las posibilidades
presupuestarias……ARTURO
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